Estos datos han llevado a un resultado neto del grupo de -603,7 millones de euros, mientras que en 2013 fueron 97,4 millones. Esto se debe, según el grupo, a los costes de adquisición e integración de las actividades de la compañía de transporte marítimo de contenedores de CSAV y a un deterioro del valor de la flota de buques antiguos. La caída en el precio del petróleo ha aliviado ligeramente esta situación de costes.
A pesar de todo ello, la fusión con el negocio de contenedores de CSAV y las medidas de capital asociadas han mejorado la estructura de capital de Hapag-Lloyd. Las acciones por valor 4.200 millones de euros y un ratio de capital del 41,2% son testimonio del buen balance de la compañía. Con una reserva de liquidez de más de 920 millones de euros, "la compañía está bien posicionada para el futuro", se ha asegurado desde el propio grupo.
Se espera que la fusión suponga ahorros anuales de al menos 300 millones de dólares. Actualmente, los servicios de CSAV se están incorporando a la red global de Hapag-Lloyd, por lo que la integración se prevé que finalice en junio.
El grupo ha puesto en marcha otras medidas para mejorar las ganancias, como son la optimización de los procesos de ventas y costes, así como la modernización de la flota. En este sentido, Hapag-Lloyd ya se encuentra en negociaciones con varios astilleros para contratar la construcción de nuevas embarcaciones.
Junto con las navieras Hamburg Süd, CMA CGM y otras, Hapag-Lloyd ofrecerá nuevos productos entre Asia y la costa este y oeste de América Latina a partir de julio. Estos servicios se realizarán en 50 buques, de los que 20 pertenecerán a la compañía alemana. Esto incluye nuevos buques de 9.300 TEUs de CSAV. Cinco de esta serie ya están en servicio, mientras que los otros dos se entregarán a principios de mayo y principios de junio.