El Ministerio de Fomento, a través de la empresa pública Seittsa, ha asumido el 1 de marzo de 2018 la explotación y mantenimiento de la segunda de las autopistas de peaje quebradas. Se trata de la R-2 entre Madrid y Guadalajara, que ha revertido al Estado tras la liquidación de la sociedad concesionaria, que se encontraba en concurso de acreedores.
El departamento que dirige Íñigo de la Serna, que asumió en febrero la gestión de la R-4 entre Madrid y Ocaña, en Toledo, ha dictado una serie de medidas provisionales para garantizar la correcta prestación del servicio en la vía y la subrogación de todo el personal de la carretera en las mismas condiciones que hasta ahora.
En cuanto al resto de autopistas en liquidación, está previsto que la AP-7 entre Cartagena-Vera y AP-7 Circunvalación de Alicante pasen a manos del Gobierno el 1 de abril. Fomento tiene previsto relicitar las ocho concesiones actuales en dos contratos, uno de los cuales abarcará las del entorno de Madrid, es decir R2, R3/R5, R4, M12, AP-41 y AP-36, mientras que el otro incluirá las dos de la AP-7.
Su objetivo es licitar y adjudicar las concesiones para su explotación a lo largo del ejercicio 2018. A cierre de 2017, todas estas autopistas han registrado incrementos de tráfico, con un aumento del 8,6% en la Intensidad Media Diaria total y del 8,3% en el caso de la R-2, con 5.231 vehículos diarios.