Ewals comenzó a operar en Holanda en 1906, aunque no fue hasta octubre de 1993, hace 25 años, cuando se instaló en España para, desde Valencia dar servicio a Johson Controls, para sus suministros a la planta de Ford en Almussafes, con una flota de 14 camiones.
En todos estos años, el desarrollo del sector de la automoción en España, ha sido una de las palancas que han acompañado el crecimiento de Ewals en Europa y también en España. Un sector que ha contribuido a la modernización de la economía y del sector.
En plena expansión, se fusiona con la compañía Cargo Care y da el salto internacional. Se traslada la sede de Valencia a Barcelona, donde se adjudicaron el servicio ferroviario entre Zaragoza y Alemania para Opel y los tráficos de Reino Unido, Benelux, Alemania y Francia para España de Nissan.
En los últimos años, han incrementado su actividad de la mano de clientes de otros sectores como moda o retail, con clientes como Inditex o Mercadona, pero con el sector de la automoción como punto fuerte, que representa más del 65% del total de la actividad.
La empresa, 102 años después del inicio de la actividad, sigue en manos de la familia Ewals, con la cuarta generación al frente. En definitiva y tal y como reconoce Pedro López, director de Desarrollo de Negocio para el Sur de Europa desde 2015, “no somos si no la suma de nuestras personas que hacen que las empresas tengan vida”.
Una vida que en el caso de Ewals, es una vida “multimodal”, pues si algo hay que caracterice a Ewals, es su apuesta decidida por la intermodalidad, combinado servicios en tren, barco o carretera.
Con presencia en 18 países, una plantilla de 2.650 personas, una flota de 3.800 semirremolques y unas 50 sucursales, la filosofía es la de tener presencia local, como fórmula de éxito.
Dentro de la expansión en la península ibérica, se han abierto oficinas en Pamplona, Madrid y Oporto y se prevén nuevas inversiones en flota, con el lanzamiento de nuevos productos y la adaptación a los nuevos retos tecnológicos.
Y todo esto, en tan sólo 25 años, a los que habrán de seguir otros tantos, al menos igual de fructíferos.