El tamaño de la flota amarrada de portacontenedores ha aumentado un 52% entre octubre y noviembre de 2015, hasta alcanzar los 900.000 TEUs, produciéndose el incremento más fuerte que se ha experimentado en el sector desde principios de 2010.
Según datos de la consultora Drewry, la flota amarrada representa actualmente el 4,6% de la flota mundial, una cifra todavía alejada del 11% que se registró a finales de 2009, cuando ascendió a 1,4 millones de TEUs inactivos.
Para alcanzar el 11% en la actualidad, debería amarrarse otro millón de TEUs, algo "probablemente excesivo", ya que la inesperada situación en 2009 requirió de medidas drásticas al llevar al borde de la bancarrota a un buen número de operadores, mientras que en el presente 2015han sido capaces de conseguir algún beneficio hasta el tercer trimestre.
Además, aunque ambas crisis, la de 2009 y la actual, comparten un problema común, como es el descenso de la demanda provocada por un entorno económico mundial desfavorable, es cierto que entre ambas épocas también se dan diferencias sustanciales.
Para los consultores, los "verdaderos" problemas actuales han sido "autoinducidos" por la industria, siendo el principal el constante aumento de flota que ha llevado aparejado un crecimiento de la oferta por encima de la demanda en los cuatro últimos años.
De hecho, cada vez son más los grandes portacontenedores que se retiran de la oferta, con un total de 31 buques de más de 8.000 TEUs amarrados desde el pasado 16 de noviembre.
Respuesta demasiado lenta
Teniendo en cuenta que la decisión de anclar grandes buques "no es tomada a la ligera por los operadores", esta actuación demuestra para los expertos que los operadores "han entendido" que la navegación lenta y la cancelación de rotaciones no son suficientes para paliar los problemas actuales del sector.
En el presente año, al igual que sucedió en el 2009, los operadores han sido demasiado lentos a la hora de reaccionar y amarrar buques. Además, hace seis años, las navieras "fueron más astutas" y decidieron ralentizar la introducción de nuevos buques en su flota, por lo que consiguieron entrar rápidamente en beneficios después de un fuerte año de pérdidas.
No obstante, debido a que los problemas actuales derivan más de la sobreoferta y no tanto de la caída de la demanda, las posibilidades de una recuperación similar son menores.
A la industria del transporte marítimo de contenedores le esperan al menos dos años de exceso de capacidad, según Drewry, en un entorno en que la demanda crecerá "levemente", razón por la que deberán seguir amarrando buques si quieren equilibrar el mercado.