La descarbonización ha sido la prioridad de la Unión Europea durante años en el sector del transporte, pero existen otros asuntos que figuran en la agenda ahora, como el deterioro de la calidad del aire, según indican desde la Asociación de Vehículos de Gas Natural y Biometano, NGVA Europe.
Tanto los políticos como los economistas están tratando de encontrar soluciones rentables que permitan alcanzar los objetivos fijados. Para ello, se baraja tanto el uso de combustibles alternativos como la reducción de emisiones.
Sin embargo, es preciso abordar ciertos aspectos para avanzar hacia una movilidad de cero emisiones, como la producción energética o el desarrollo de infraestructuras específicas para vehículos y componentes, garantizando en todo caso la competitividad de la industria europea.
Para reducir la dependencia del fuel, se deben tener en cuenta los beneficios de los combustibles alternativos y su potencial para la descarbonización y la mejora de la calidad del aire. Todo ello queda contemplado en el concepto 'g-mobility', que aboga por el uso del gas en el transporte y abre la puerta a una movilidad sostenible.
Transporte libre de carbono
El gas cuenta con numerosas ventajas tanto a nivel medioambiental como económico, siendo el principal camino para un transporte libre de carbono. Por esta razón, está ganando adeptos entre la industria y las instituciones europeas.
El uso de combustibles de segunda generación, como biometano o gas sintético, podría llevar a la puesta en marcha de un nuevo paquete normativo de combustibles limpios, aunque por el momento estos asuntos serán incluidos en el paquete de movilidad de la Comisión Europea, que estará listo en noviembre de 2017.
Desde NGVA Europe, consideran que las propuestas para una movilidad sostenible deberían tener en cuenta la mejora de la calidad del aire. También creen que se debe promover la innovación en tecnologías que contribuyan a la reducción de las emisiones de CO2, como cadenas cinemáticas propulsadas por GNL, GNC u otros combustibles alternativos.