Fvet ha reclamado al Ayuntamiento de Valencia que la futura Zona de Bajas Emisiones tenga presente las operativas logísticas y de transporte que se realizan en el centro de la capital.
A juicio de la patronal, la restricción de acceso en función del etiquetado medioambiental del vehículo afectará principalmente a los servicios de mudanzas, de distribución urbana de mercancías y a las operativas de grúas, subsectores que representan, según la Federación, el 25% de las empresas transportistas valencianas asociadas.
Esta previsto que esta iniciativa se implante en Valencia en 2023, pero aún no está definido el modelo.
Sin embargo, la organización empresarial insiste en la necesidad de dotar al transporte de una infraestructura adecuada para poder realizar eficazmente las operativas en esta zona que incluya una ampliación las plazas de uso exclusivo para carga y descarga de la mercancía y que puedan ser monitorizadas por los transportistas para controlar su disponibilidad y tiempo de utilización.
Además, el transporte valenciano demanda más recursos para la renovación de flotas, así como un incremento de las ayudas para las empresas que tienen dificultades para realizar la transición hacia vehículos más sostenibles, a la vista de que grúas y vehículos que realizan mudanzas o proveen de suministros a hoteles, restaurantes y cafeterías tienen ciclos de renovación muy largos.