La última edición del Congreso 'Green Gas mobility' organizado por Gasnam ha dejado claro que mitigar las emisiones del transporte pesado por tierra, mar y aire representa uno de los principales retos del sector en la actualidad.
En este sentido, la única opción inmediata para la descarbonización es el GNL, aunque se espera que en los próximos años pueda seguir desarrollándose el mercado del biometano para continuar avanzando hacia las cero emisiones.
Aunque marcas como Toyota ya cuentan con vehículos ligeros o equipos de handling a gas, la oferta comercial de camiones de hidrógeno no estará disponible hasta 2024 o 2025. Sin embago, la falta de una red de repostaje y la escasa disponibilidad de hidrógeno verde suponen un gran freno para el desarrollo de esta tecnología.
Durante el Congreso se ha constatado el bajo nivel de desarrollo de las tecnologías que permiten mitigar emisiones en el ámbito marítimo o aéreo, como consecuencia de los requerimientos de potencia y autonomía, que limitan las opciones técnicamente viables.
En el transporte marítimo, los pedidos de buques a GNL se han disparado según los datos de DNV, pero las soluciones de cero emisiones no contarán en esta década con la madurez suficiente para los buques de gran tonelaje. Por su parte, en el sector aéreo, las soluciones de cero emisiones se encuentran a un nivel demostrativo o de prototipo.
Biometano
En este escenario, se considera que el biometano es la única alternativa que permitirá descarbonizar de manera inmediata el sector marítimo y de carretera mientras avanzan los desarrollos de otros combustibles y formas de propulsión.
Por ello, el sector reclama una política decidida de impulso a la producción y uso de gases renovables, que permite agilizar la implantación de garantías de origen, simplificar la tramitación administrativa de nuevas plantas de producción, elevar el nivel de ambición de la hoja de ruta del biogás y facilitar la inyección de este gas renovable en la red.
Adicionalmente, es preciso contar con los incentivos necesarios para que el uso del combustible neutro en carbono vaya acompañado de un modelo de negocio viable. El sector confía en que se garantice un reparto equitativo para el biometano y el hidrógeno frente a otras energías renovables.