El 31 de diciembre de 2020 es el último día para que los buques y armadores prosigan con la verificación y certificación del inventario de materiales peligrosos, recogida en la Reglamento de reciclaje de buques de la Unión Europea, con el que se pretende mejorar la seguridad de todos los trabajadores del sector naval y reducir los impactos ambientales.
En 2021, los buques comunitarios estarán obligados a llevar el informe verificado con un certificado internacional emitido por una sociedad de clasificación independiente, según recuerda Bureau Veritas. Las especificaciones normativas también se aplican a los astilleros y centros de desguace, así como a los buques de origen extracomunitario que atraquen en un puerto de la UE.
Esta regulación europea se enmarca dentro de la hoja de ruta diseñada por la Organización Marítima Internacional, OMI, en la Convención de Hong Kong de 2009. A lo largo de 2018, muchos buques han realizado la adaptación para contar con el informe verificado con una declaración de conformidad a partir del 31 de diciembre.
De hecho, es la fecha límite estipulada por la Unión Europea para que las nuevas construcciones dispongan de este requerimiento. La certificación, que se exigirá a partir de 2021, es obligatoria y su solicitud debe realizarse ante la Comisión Europea, que emite su aprobación según la auditoría realizada por una sociedad de clasificación.
Así, los armadores pueden demostrar que han aplicado las medidas para el desmontaje adecuado de los materiales considerados como peligrosos de los buques.