El puerto de Barcelona negocia para convertirse en la puerta de entrada a Europa de un puerto asiático, aprovechando que Asia es uno de sus principales socios comerciales, tal y como ha declarado la semana pasada la presidenta de la Autoridad Portuaria, Mercè Conesa.
Pese a que no se ha dado a conocer el nombre del enclave portuario asiático, Conesa se ha fijado el objetivo de cerrar este acuerdo este mismo 2020 para poder empezar a operar en 2021, impulsando de una manera decisiva el papel que juega el recinto en los tráficos de mercancías que llegan al Mediterráneo desde el continente asiático.
Recuperar tráficos
Así mismo, una vez que el enclave catalán supere la caída de tráficos en un 17,2% por la crisis sanitaria, se esperan incrementos en los movimientos de mercancías para el próximo otoño.
De igual modo, la Autoridad Portuaria de Barcelona también trabaja con un horizonte de recuperación a tres años vista, con el objetivo de que en 2023 se hayan podido recuperar los niveles de 2019.
En este marco de fuerte incertidumbre, la presidenta del puerto barcelonés aboga por que los puertos españoles gocen de un mayor grado de autonomía, lo que les permitiría gestionar con más rapidez, transparencia y flexibilidad medidas como las puestas en marcha por la crisis sanitaria.