Por motivos geopolíticos y cuestiones de inventario, el precio del petróleo se sitúa actualmente en niveles máximos de 2014, lo que está llevando a un importante incremento del precio del combustible, impulsado por el del barril de Brent, que ha superado los 70 dólares.
Los expertos alertan de que este complicado escenario se mantendrá durante unos dos o tres años, tras la decisión de la Organización de los Países Exportadores de Petróleo, OPEP, de mantener los recortes en la producción nueve meses más, tal y como recoge el diario Vozpópuli, que apunta a un incremento de entre el 2% y el 3% en el precio del combustible a en este periodo.
En el último mes, el precio de la gasolina ha crecido un 1,13%, mientras que el del gasóleo lo ha hecho un 1,94%, aunque aún están lejos de los máximos registrados en septiembre de 2012. En concreto, un 18% por debajo en el caso de la gasolina, y un 20,07% por debajo en el caso del gasóleo.
A la situación actual se suman las inundaciones de Houston, en Estados Unidos, que han motivado una reducción de la producción estadounidense, así como el aumento de la demanda, ligeramente más elevada que el nivel de producción.
Todo ello está afectando negativamente al precio del petróleo, que ha crecido un 13% desde principios de diciembre de 2017, dado que el nivel de inventario se ha normalizado. En este sentido, es importante señalar la situación geopolítica de Arabia Saudí, que está dispuesta a vender entre un 5% y un 10% de la petrolera estatal Aramco, la más grande del mundo.