La obra, que se ha inaugurado con dos años de retraso sobre el plazo inicialmente previsto, por diversos contratiempos acaecidos durante la construcción y sobrecostes de 2.700 millones.
El portacontenedores de clase neopanamax de 48,25 metros de manga y 299,98 metros de eslora con capacidad para 9.400 contenedores, entró en la cámara baja de la esclusa de Agua Clara, en la vertiente del Atlántico, pasadas las 7:30 hora local, para luego seguir su marcha hacia la de Cocolí, en el Pacífico y finalizar su tránsito por el ensanche, de cerca de 80 kilómetros.
"Esta ruta de tránsito es la punta del iceberg de un ambicioso plan destinado a convertir a Panamá en el centro logístico de las Américas, y representa una oportunidad significativa para los países de la región de mejorar sus infraestructuras, hacer crecer sus exportaciones y activar su crecimiento económico a la par con nuestro país", ha afirmado el administrador de la ACP Jorge Quijano, en su discurso de inauguración
Las nuevas de esclusas, con dimensiones de 427 metros de largo por 55 metros de ancho y 18,3 metros de profundidad, requirieron un total de 4,4 millones de metros cúbicos de hormigón y en su construcción, participaron cerca de 30.000 trabajadores a lo largo de casi nueve años.
Según la Autoridad del Canal de Panamá, la vía acuática tiene 168 reservas de buques para transitar por las nuevas esclusas en los próximos tres años fiscales.
Han sido construidas por el Grupo Unidos por el Canal (GUPC), liderado por la empresa española Sacyr, que firmó en el 2009 un contrato de 3.118 millones de dólares, aunque el coste de la ampliación se eleva ya a 5.450 millones de dólares, por encima de los 5.250 millones por los que se firmó en 2007.