El Parlamento Europeo ha dado el visto bueno esta misma semana a sus posiciones sobre una propuesta legislativa para impulsar el despliegue de estaciones de recarga y de repostaje alternativas, como las eléctricas o de hidrógeno, así como sobre el proyecto de normas sobre el uso de combustibles renovables en el transporte marítimo.
Ambas propuestas forman parte del paquete de medidas de la Unión Europeapara reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 55% de aquí a 2030 con respecto a los niveles de 1990.
Por lo que respecta a las instalaciones de recarga, los eurodiputados han acordado imponer objetivos nacionales mínimos para el despliegue de la infraestructura para combustibles alternativos, de tal modo que los Estados miembros tendrán hasta 2024 para presentar sus planes para conseguirlos.
Concretamente, según el texto aprobado por el pleno, para 2026 deberá haber al menos una estación de carga para vehículos eléctricos cada 60 kilómetros en las carreteras principales de la Unión.
Además, este mismo requisito será de aplicación para camiones y autobuses, pero solo en algunas vías parte de las redes transeuropeas y con estaciones más potentes, con excepciones para las regiones ultraperiféricas, islas y carreteras con muy poco tráfico.
De igual modo, el Parlamento también plantea establecer estaciones de repostaje de hidrógeno a lo largo de las carreteras principales de la UE cada cien kilómetros para 2028.
Así mismo, la Cámara pretende que las estaciones de repostaje alternativas deberán ser accesibles para todas las marcas de vehículos y deberá ser fácil pagar.
Combustibles marítimos sostenibles
El pleno también adoptó su posición sobre el proyecto de normas sobre el uso de combustibles renovables e hipocarbónicos en el transporte marítimo.
Con ello se pretende que el sector marítimo reduzca las emisiones de gases de efecto invernadero de los buques en un 2% a partir de 2025, un 20% en 2035 y un 80% en 2050.
Esta norma se aplicará, si finalmente sale así, a buques con un arqueo bruto superior a 5 000 toneladas, responsables a priori del 90% de las emisiones de CO2, a toda la energía utilizada a bordo en o entre puertos de la UE, así como al 50% de la energía utilizada en viajes en los que el puerto de salida o de llegada se encuentre fuera de la UE o en sus regiones ultraperiféricas.
Los eurodiputados también pretenden que el 2% de los combustibles sean renovables y que los barcos portacontenedores y de pasajeros utilicen el suministro de electricidad en puerto cuando estén atracados en los principales puertos de la UE a partir de 2030.
Finalmente, el pleno se ha mostrado a favor de la introducción de sanciones para garantizar el cumplimiento de la norma y cuyos ingresos deberán destinarse al Fondo de los Océanos y contribuir a descarbonizar el sector marítimo, la eficiencia energética y las tecnologías de propulsión de cero emisiones.
Reacciones
Ante esta propuesta, los armadores europeos hacen una valoración positiva, pero creen que se queda corta, e insisten en que se debe obligar a los proveedores para que los combustibles limpios estén disponibles en cantidades suficientes.
En concreto, Ecsa cree positivo que se introduzca la noción de responsabilidad del proveedor cuando existen acuerdos contractuales entre un proveedor de combustible y una empresa naviera. Sin embargo, a su juicio, es necesario hacer más para garantizar que los proveedores de combustible en los puertos europeos pongan a disposición cantidades suficientes de combustibles limpios.
Así mismo, la entidad también destaca el enfoque más pragmático sobre el suministro de energía en tierraadoptado por la Cámara, eliminando las sanciones a los barcos cuando la infraestructura no está disponible en el puerto, así como la introducción de condiciones especiales para los buques de clase de hielo, así como para las islas y las regiones ultraperiféricas.