El puerto de asturiano de El Musel está registrando un incremento progresivo del tráfico rodado, como consecuencia de la puesta en marcha, hace dos años, de la autopista del mar con Nantes-Saint-Nazaire, que se ha visto complementada recientemente con una segunda línea con el sur de Inglaterra . Para dar un servicio acorde con los requerimientos de la carga ro-ro y renovar la actual infraestructura, hace tiempo que se detectó la necesidad de renovar la rampa de embarque de la carga rodada, cuando la inversión figuró en los Presupuestos Generales del Estado de 2008, reflejando los planes de empresa de las distintas autoridades portuarias, de forma explícita, con un presupuesto de 2.960.000 euros.
Sin embargo, esto no será posible hasta 2015 cuando esté finalizada la nueva infraestructura. Este retraso se debe en parte al hecho de que la inversión ha sido prevista en una partida plurianual que prevé el último desembolso el próximo año, y con ello la consecución total del proyecto.
En el Plan de Empresa de El Musel para 2014, está contemplada una partida plurianual "para la construcción y montaje de la nueva rampa con un importe total de 4.275.000 euros", de los que 3.025.000 euros se consignan en el presupuesto correspondiente a 2014 y los restantes 1.250.000 euros en 2015.
La naviera francesa LDLines es la operadora prácticamente exclusiva del tráfico 'ro-ro' en El Musel, lo que apunta a que será difícil que coincidan dos barcos de ese tipo a la vez. De esta forma, con la rampa ya existente en la novena alineación de los muelles de ‘La Osa’ podría resultar suficiente. La ubicación definitiva del nuevo equipamiento será también la novena alineación de los muelles de La Osa, pero en el extremo opuesto al que ocupa la actual.
A ello se suma el problema de que los medios actuales, obsoletos, provocarían que muchos barcos tuvieran que adaptarse, como lo han hecho ya tanto el 'Norman Asturias' como el 'Scintu', para poder utilizarlos.
El puerto se enfrentaría, de este modo, a problemas como los que ya tuvo que hacer frente en el pasado, cuando el servicio de la autopista del mar Gijón-Nantes dejó de prestarse durante cerca de quince días porque el barco que cubría el servicio tuvo que pasar la revisión preceptiva en astillero y no podía sustituirse por otro, precisamente por las limitaciones que impone la actual rampa.
La nueva rampa proyectada tendrá una anchura de 19 metros en su zona más estrecha y un ensanchamiento delantero hasta un mínimo de 26 metros. La longitud mínima será de 35 metros y estará provista de pavimentos antideslizantes.
Aunque forzada por las necesidades del tráfico, la inversión no deja de estar exenta de riesgo, pues aunque LDLines apuesta por El Musel, la autopista del mar con Nantes dejará de tener subvenciones en septiembre, momento a partir del cual habrá que ver la evolución de la demanda de camiones y del tráfico rodado en general, lo que no deja de ser una incógnita.