Durante las primeras semanas de septiembre, el Gobierno portugués ha completado el proceso de privatización del operador postal nacional, el grupo CTT. Así, ha alineado la última participación, de un 31,5%, que tenía el holding Parpública en la empresa de correos, a través una proceso de venta "acelerada" a inversores institucionales.
En esta venta, se han recaudado 343 millones de euros, con una tasa de 7,25 euros por acción. Esto significa que el Gobierno portugués ha recaudado un total de 909.2 millones de euros desde la salida a Bolsa de la compañía.
La operación de privatización comenzó en diciembre de 2013, cuando el Estado luso se desprendió de la mayor parte de su capital, un 68,5 %, mediante una oferta pública de venta en la Bolsa de Lisboa. La operación se cerró con un precio de 5,52 euros por acción, por lo que se ingresaron un total de 579 millones de euros en el erario portugués.
En septiembre, la opción seleccionada por la empresa estatal ha permitido a los bancos ofrecer las acciones en un corto periodo de tiempo a inversores institucionales y venderlas rápidamente con un descuento extra.
La privatización de la compañía se inscribe dentro de las exigencias de la UE y el Fondo Monetario Internacional para acceder al programa de asistencia que Portugal cerró el pasado 17 de mayo.
El grupo CTT concentra cerca del 95% del negocio postal en Portugal, gracias a su marca 'Correios de Portugal', que sin embargo, ha experimentado una caída del 9% anual en su volumen de correo. Además, la compañía cuenta con una empresa para el negocio de paquetería express, CTT Expresso, que acumula el 28,7% de la facturación total del mercado.
El grupo genera alrededor de 714 millones de euros cada año, aunque esta cifra ha ido reduciéndose en los últimos cinco años. Durante el primer trimestre de 2014, los servicios financieros y la paquetería han crecido, contrarrestando la caída en el negocio postal, logrando una estabilidad tanto en beneficios como en ganancias por primera vez en varios años.
Además de laCTT, ya vendió su participación en la eléctrica EDP por 2.800 millones de euros, el 40 % de la transportadora energética REN, que supuso 600 millones, y la totalidad la gestora aeroportuaria ANA, que permitió al Gobierno luso ingresar 3.000 millones de euros.