El posible cierre de La Naval mantiene en vilo a sus casi 200 trabajadores y a todas las empresas auxiliares que dependen del propio astillero de Sestao, desde que se conociera que la administración concursal había solicitado la apertura del proceso de liquidación e iba a presentar un ERE de extinción para la totalidad de la plantilla.
El Gobierno trabaja desde entonces junto a la administración vasca para encontrar una solución que permita dar continuidad al trabajo del astillero, que se ha visto abocado a esta situación por no poder llegar a un acuerdo con el cliente holandés Van Oord, que había encargado la construcción de la draga Alexia, pero había puesto como condición la presencia de un inversor de garantías.
El objetivo, por tanto, es encontrar un inversor privado para poder mantener la actividad en la instalación y salvar el mayor número de empleos posible. Así lo ha manifestado la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, en la última sesión de control al Ejecutivo, ante las cuestiones planteadas al respecto por el PNV.
En su opinión, lo más razonable actualmente es conseguir la construcción del buque para ganar más tiempo en la búsqueda de inversores de confianza que pudieran estar interesados en el astillero.
Por otro lado, continúan las movilizaciones de los trabajadores, que recientemente se han concentrado ante la sede del gobierno vasco para pedir que se cumpla la resolución aprobada por todos los grupos parlamentarios y se busque una alternativa público-privada que garantice la viabilidad del proyecto.