Los combustibles alternativos al diésel y al petróleo son fundamentales para la descarbonización del transporte, dado que su uso mejora el nivel contaminante de los vehículos y multiplica los beneficios que podrían obtenerse en las operaciones del sector.
Esta ha sido una de las conclusiones del último estudio de la Asociación Europea de Vehículos Naturales y Biológicos, NGVA Europe en sus siglas en inglés, que ha analizado el uso del gas natural como combustible y su impacto en las emisiones de gas de efecto invernadero, GEI, en el ámbito del transporte europeo.
El informe, en el que han participado más de 50 personas, tiene el objetivo de establecer una nueva referencia para el sector, aportando un análisis profundo de las fuentes de emisión de GEI en toda la cadena de gas natural.
De esta forma, se pretende dar respuesta a las necesidades de un sector en transformación, en el que se están sustituyendo loscombustibles derivados del petróleo por soluciones sostenibles.
El gas natural y su impacto en el sector
Entre los resultados del estudio, destaca la confirmación de que el gas natural es la solución más efectiva para luchar contra el cambio climático y mejorar la calidad del aire de forma eficiente. Así, mediante el uso de Gas Natural Licuado, GNL, y de Gas Natural Comprimido, GNV, los vehículos pueden reducir su impacto contaminante.
En concreto, siguiendo la metodología 'Weel-to-Wheel', que tiene en cuenta todas las emisiones de CO2 que se producen en la cadena de valor, el gas natural reduce en un 23% las emisiones de los vehículos, en comparación con el petróleo, y un 7% si se compara con las del diésel.
Los beneficios, por su parte, se sitúan en un 16% para el Gas Natural Comprimido, GNC, y en un 15% para el GNL. Además, al mezclar el gas natural con un 20% de un gas renovable, las emisiones se reducen un 40%, en comparación con los combustibles derivados del petróleo.
En este contexto, cabe destacar que, al introducir los gases renovables, las emisiones se reducen entre un 80% y un 95%, dependiendo de la fuente de combustible y de la vía de producción.
A este respecto, el informe señala que la incorporación de un 20% de gases renovables en el gasoducto de gas natural es una cantidad asumible para alcanzar en 2030, lo que se traduciría en una reducción de gases de efecto invernadero del 36% respecto a los combustibles convencionales.