El Comité Nacional del Transporte por Carretera denuncia públicamente el, a su juicio, "grave problema de congestión de tráfico que se viene produciendo desde noviembre de 2015 en la frontera de Irún, en el denominado paso de Biriatou, a resultas del control indiscriminado de camiones que lleva a cabo la gendarmería francesa".
El órgano consultivo lamenta que los cuerpos de seguridad galos utiliza solo dos pórticos de acceso, pese a disponer de doce, algo que provoca colas kilométricas en el territorio español, algo que, a juicio de las asociaciones empresariales del transporte de mercancías por carretera, "puede terminar por tener consecuencias no deseadas para nadie".
El Comité denuncia el "muro de incomprensión y silencio" de las autoridades francesas en relación con este asunto y afirman que las españolas, por su parte, no se han "sentido obligadas, incomprensiblemente, a elevar la voz ante sus colegas franceses a pesar de nuestras reclamaciones".
Por ello, se pide al Gobierno español y a la Unión Europea que "exijan a las autoridades francesas una inmediata rectificación de su comportamiento, de otro modo esta situación terminará por desembocar en otro tipo de conflictos que deseamos por todos los medios evitar".
Fitrans estima, a partir de datos del Gobierno vasco, que se han producido este tipo de paralizaciones el 51,5% de los días del año desde que se inició la actual situación, con una media de horas diarias perdidas de 3,6 horas y unas retenciones con una longitud media diaria de 4,3 kilómetros, que ha llegado a alcanzar los 23 kilómetros el 22 de mayo de 2018.
De igual modo, teniendo en cuenta que un camión pierde por cada hora de retención alrededor de 55 euros, el Comité Nacional calcula que se han producido unas pérdidas totales de unos 40.000 euros anuales de media por vehículo para cada uno de los 11.000 vehículos que atraviesan a diario la frontera.