Tras conocerse que El Corte Inglés pretendía deshacerse de numerosos activos inmobiliarios, la cadena de distribución ha dado un mes de plazo a los interesados para que presenten sus ofertas preliminares.
Inicialmente se había hablado de 130 activos no estratégicos, divididos entre suelo, oficinas, plataformas logísticas y establecimientos de uso comercial, valorados en unos 1.500 o 2.000 millones de euros. Sin embargo, la cartera que se pondrá finalmente a la venta tendrá un valor de unos 3.000 millones, tal y como señalan desde El Confidencial.
PwC, encargada de organizar la operación, ha establecido tres lotes en función de su liquidez, que ya se han presentado a los posibles interesados. Los activos en buenas localizaciones y con posibilidad de una venta rápida suponen en torno a un 33%, mientras que los que se encuentran en un punto intermedio representan el 15%, y más de la mitad se sitúa en zonas complicadas.
El objetivo del grupo es reducir su deuda, que se situaba en los 3.800 millones a finales de 2017, para lo que ha decidido realizar desinversiones en un patrimonio inmobiliario valorado en más de 17.000 millones.