Las medidas políticas voluntaristas aplicadas sin pragmatismo, sin anclarse a la realidad, suelen ofrecer resultados que no solo se alejan de lo que intentaban, sino que las más de las veces suelen implicar dramáticos retrocesos.
Según un reciente estudio de la Universidad Poltécnica de Valencia, la sustitución de los turismos diésel por otros de gasolina implicaría aumentaría las emisiones de gases contaminantes en las ciudades en un 2%, con lo que esta medida aceleraría el cambio climático, a pesar de las políticas municipales que intentan conseguir un aire más limpio.
Con el diésel las emisiones se reducirían
Sin embargo, si la medida fuese al contrario y los coches de gasolina se reemplazaran por los nuevos diésel menos contaminantes reduciría las emisiones en un 6% en población y un 22% en carreteras interurbanas.
En este sentido, los investigadores valencianos estiman que la solución para reducir la contaminación e impulsar la lucha contra el cambio climático no pasa obligatoriamente por primar los vehículos de gasolina e, incluso, tampoco por los eléctricos, dadas las limitaciones que siguen presentando hoy en día, sino que, por el contrario, pasa por sustituir los vehículos más antiguos por otros con motores diésel nuevosque cuentan con una gran eficiencia energética y han conseguido reducir sus emisiones drásticamente.
Así mismo, el estudio constata que la prioridad debe centrarse en renovar la flota a través de incentivos que favorezcan la adopción de tecnologías disponibles en el mercado, para que los beneficios medioambientales puedan comprobarse a corto plazo.