Ferrmed ha presentado los primeros resultados del estudio sobre el tráfico y la optimización del cambio modal en la Unión Europea, aunque el estudio no está completado, a falta de conocer en detalle de las inversiones necesarias para alcanzar la cuota del 30% en el tráfico ferroviario para 2030 en operaciones que impliquen distancias superiores a los 300 kilómetros.
Se ha realizado para ello un análisis detallado de la red de transporte europea formada por unos 70.000 km, así como de los volúmenes de entrada y salida de cada nodo, y se han identificado las capacidades de las terminales intermodales existentes para comprobar si pueden absorber los tráficos previstos y si pueden diseñarse las nuevas instalaciones necesarias.
La primera conclusión es que el 60% de los tráficos totales se concentran en 18.000 km de vías, que son aquellos sobre los que habría que concentrar las inversiones para lograr los objetivos socioeconómicos y medioambientales marcados por la Comisión Europea.
También se han analizado las características y capacidades de las líneas ferroviarias de interconexión y se ha definido un procedimiento absolutamente nuevo para la integración del tráfico por carretera y del ferroviario de mercancías en distancias medias y larga y también se han analizado las terminales intermodales necesarias.
Trenes flexibles y terminales intermodales rápidas
Una forma de conseguirlo, sería, según se desprende del estudio, el desarrollo de "trenes flexibles", como complemento a la carretera junto con unas "terminales rápidas"que permitan subir los semirremolques al tren con un tránsito agil de los trenes, y poder establecer "surcos a la carta", gracias a la implantación del sistema ERTMS de control y combinar el tráfico por carretera y por ferrocarril, según explica el presidente de Ferrmed, Joan Amorós.
Un primer paso, según Ferrmed, sería realizar una prueba en el Corredor Mediterráneo por una parte y en un corredor Norte-Sur, que partiendo del Benelux conecte con el sur de España.
También se ha establecido un mapa con los grandes nodos logísticos europeos, que en el caso de España se identifican claramente con Barcelona de forma destacada, seguido de Madrid y Valencia.
Hasta el momento, este macroestudio ya ha analizado el tráfico en España, Portugal, Francia, Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Suiza, Dinamarca y ahora se analiza Chequia y le seguirá Alemania. Las grandes ideas del proyecto se han comenzado a compartir con el ámbito empresarial en distintas ciudades, tanto españolas como en el resto de Europa.