El acuerdo de fusión, al que habían llegado ambas compañías en mayo de este año, ha llegado a buen puerto, de forma que Cushman & Wakefield se convierte así en una de las mayores empresas de servicios inmobiliarios en el mundo con 5.000 millones de dólares en ingresos (4.425 millones de euros) y 43.000 empleados y y gestionará cerca de 371.000.000 m² en activos de clientes repartidos por todo el mundo.
La firma combinada tiene como presidente y director ejecutivo a Brett White y a Tod Lickerman como presidente, y opera ahora en más de 60 países de todo el mundo y está bien posicionada en los principales mercados para conseguir un crecimiento continuado.
La sociedad ha anunciado también su nuevo equipo directivo para Europa, Oriente Medio y África (EMEA), y ha dado a conocer su nueva identidad visual y logotipo. En España, con las oficinas centrales en Barcelona, el equipo está liderado por Oriol Barrachina, consejero delegado de la compañía.
En la región EMEA, donde la nueva Cushman & Wakefield tiene 5.000 empleados en 40 paísesy unos ingresos de casi 800 millones de dólares (708 millones de euros), el consejero delegado será John Forrester y la presidencia corresponderá a Carlo Barel di Sant'Albano.
"Nuestra fusión ha acelerado tremendamente nuestra meta colectiva de una mayor cobertura y servicio al cliente en todo el mundo, algo que no podríamos haber logrado solos", declaró John Forrester.