Acaban de celebrarse en Brest las Jornadas Marítimas Europeas. Durante el acto, el comisario europeo de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevicius, explicó: "Esta es una oportunidad de reunir a todas las partes interesadas para debatir los principales retos a los que se enfrentan los mares de Europa. Estamos preparando el camino a seguir para el futuro de la economía azul y para la protección del medio ambiente marítimo".
Entendemos esta aspiración, pero nos deja confusos sobre cómo se pondrá en práctica. ¿Se imaginan una Feria Agrícola sin agricultores? O, ¿un Día de los Derechos de la Mujer sin mujeres? Pues las Jornadas Marítimas Europeas se celebran sin marineros. Es todo un reto.
La Unión Europea hace mucho por proteger el fitoplancton y los invertebrados acuáticos, pero no tiene tiempo - o ganas - para abordar el problema del dumping social, que está afectando al transporte marítimo europeo y, en especial, el sector de los navieras que cruzan el Canal de la Mancha y el Mediterráneo.
Y por eso queremos advertir a nuestros representantes en Bruselas. Dos compañías que ondean banderas europeas -y que operan en aguas europeas- contratan y aplican a sus tripulaciones de a bordo condiciones laborales prohibidas en tierra.
[sumario]La Unión Europea hace mucho por proteger el fitoplancton y los invertebrados acuáticos, pero no tiene tiempo - o ganas - para abordar el problema del dumping social.[/sumario]
Su prosperidad se debe únicamente a esta sórdida explotación, que permite a ciertos ejecutivos con sede en Dublín retribuirse a ellos mismos 7,4 millones de euros y repartir 24 millones de euros en dividendos entre sus accionistas... Mientras, sus empleados trabajan sin descanso por apenas unos euros al día.
Estos marineros pueden pasar hasta 17 semanas en el mar, trabajando siete días a la semana sin ningún tipo de protección social, ni derechos de pensión, ni vacaciones pagadas, ni tiempo de descanso acordado.
Aprovechamos la ocasión para saludar a la primera ministra de Francia, Elisabeth Borne, y al secretario de Estado del Mar de Francia, Hervé Berville, que han apoyado sin fisuras la iniciativa del diputado bretón Didier Le Gac para contrarrestar los daños en materia de competencia que estos modernos comerciantes de esclavos causan en nuestras empresas y en las regiones a las que sirven. Esta propuesta de ley llegará pronto al Senado. Los armadores franceses se alegran enormemente de esta iniciativa de sus representantes nacionales.
Pero ¿qué hay que hacer para que el Parlamento Europeo y su comisión de transportes se ocupen de este asunto y - por fin - apliquen el Estado de Derecho en las aguas europeas? Mientras tanto, en tierra firme, la Unión Europea ha conseguido regular el dumping social, y de forma severa.
[sumario]En términos de derechos fundamentales, ¿importa menos un marinero que un camionero? No podemos permitir que esto ocurra.[/sumario]
Uno de los mayores transportistas por carretera de Europa contrató a conductores de Europa del Este sin pagarles el salario mínimo aplicable, con el fin de reducir costes. El jefe de esa empresa acaba de ser condenado a 18 meses de prisión en suspenso y a pagar una multa de 4,8 millones de euros. Entonces, en términos de derechos fundamentales, ¿importa menos un marinero que un camionero? No podemos permitir que esto ocurra.
Las elecciones europeas de 2024 se celebrarán del 6 al 9 de junio. Para entonces, bien se podría acabar ya con esta injusticia, si es que nuestros candidatos al Parlamento Europeo se ponen a ello por fin. Las próximas Jornadas Marítimas Europeas podrían devolver entonces el lugar que les corresponde a los marineros que la Unión Europea ha descuidado durante tanto tiempo.