Iniciar una conversión con José Luis Almazán Gárate es como enfrentarse a un pozo de sabiduría, repleto de conocimiento y jalonado en una honda trayectoria vital.
Almazán habla con pasión de un mundo que conoce al dedillo, el marítimo portuario, tanto desde la Administración, como desde el ámbito universitario y desde la empresa privada, en una conversación que fluye como una profunda corriente marina, con referencias a la más candente actualidad y históricas que enriquecen al que lo escucha.
Cadena de Suministro analiza con este profesor de ingenieros de Caminos, Canales y Puertos el presente de un sectorque en los dos últimos años ha sufrido una convulsión que, como asegura José Luis Almazán, supone un paso más en la evolución de un ámbito en constante evolución desde el origen de los tiempos.
- Cadena de Suministro (CdS): ¿Cómo ve la actual situación del sector marítimo-portuario?
- José Luis Almazán Gárate (JLA):El mundo logístico portuario está en evolución desde el origen de los tiempos. La navegación es una de las características del ser humano.
Los cambios se producen de manera muy rápida. El sistema evoluciona para adaptarse, especialmente durante un fenómeno nuevo como la pandemia. Se han tambaleado principios que hasta ahora parecían inamovibles.
El centro de gravedad de la actividad económica mundial se ha movido del tradicional eje Atlántico al Pacífico y ahora el transporte marítimo está basado en pequeñas diferencias de precio, que ponen en marcha los flujos de transporte. En este contexto, para abaratar precio hay que integrar la cadena de transporte.
De esta manera, el sistema es eficiente cuando se equilibran oferta y demanda, pero cuando se produce un problema el sistema no tiene holgura y empieza a producir problemas encadenados.
En el sector se han ajustado tanto los fletes y los costes de operación, se ha operado con tanta perfección y tan al límite, que se ha llegado a un punto en el que cualquier distorsión impacta dramáticamente sobre el sistema.
[sumario]Con la pandemia han aflorado problemas enormes que tardaremos en normalizar.[/sumario]
- CdS: ¿Eso es lo que ha producido la pandemia?
- JLA: Con la pademia han aflorado problemas enormes que tardaremos en normalizar, que se han traducido en sobrecostes y en desabastecimientos, que luego ha producido un incremento de precios. Vivimos un mundo de fletes disparatados.
La pandemia ha roto la cadena de suministro y ha hecho un daño tremendo a las tripulaciones. En el ámbito personal ha sido un drama con un coste social altísimo.
Además, la pandemia ha puesto sobre la mesa la debilidad del sistema, lo que va a suponer una modificación de la estructura empresarial del sector, con un proceso de integración que ha arrancado ya, que se va acelerando y que podría acabar un un número muy limitado de operadores.
Esto pone en cuestión los mecanismos de gestión y hasta qué punto es necesario la participación públicay con qué límites, sobre todo teniendo en cuenta que en el tráfico comercial las mercancías se mueven por el tránsito más barato.
Además, la pandemia también ha destrozado los mecanismos tradicionales de formación de preciosen el sector.
- CdS: ¿Cuál es la salida de esta situación?
- JLA: Dejar el sector marítimo en manos privadas tiene riesgos, como se ha demostrado durante la pandemia. Hay que ver qué papel juega el Estado, el de inversor o el de regulador.
El sistema no puede pensarse desde un punto de vista público para generar ingresos, sino que debe establecerse un colchón para cuando vienen los problemas.
Es un equilibrio muy delicado. La influencia que tiene el sector marítimo portuario sobre el conjunto de la economía es muy importante. Eso es algo que conviene tenerse en cuenta.
- CdS: ¿Qué tendencias ve en el futuro del sector?
- JLA:Por un lado la sostenibilidad, aunque las restricciones ambientales en los combustibles de los buques están trasladando tráficos a la carretera.
La digitalización también es clave y permite hacer un seguimiento muy próximo. Esto es una asignatura aún pendiente en el transporte marítimo. Ahora hay tecnología para saber exactamente en cada momento dónde está la mercancía y su estado. Es una nueva dimensión.
Por otra parte, estamos en un momento en el que se se cuestionan los modelos de gestión público-privada. Debería de haber en breve un debate sobre una posible revisión de las tasas portuarias.
Tenemos que pensar con cuidado hasta dónde regulamos y cómo regulamos. El modelo australiano, que consiste en dejar al sector público un papel meramente regulador, va a dar mucho que hablar.
No me extrañaría que un plazo de entre uno a tres años veamos un debate público sobre el modelo australiano de gestión del sistema portuario.
[sumario]Debería de haber en breve un debate sobre una posible revisión de las tasas portuarias[/sumario]
Además, la accesibilidad ferroviaria también es muy importante y está dando mucho que hablar. Puerto y ferrocarril son dos modos inseparables. No puede ser que en España ahora mismo la mercancía que salga por ferrocarril de los puertos esté por debajo del 3%. Cualquier cifra inferior al 10% indica que hay algún problema. Esto se soluciona con inversiones bien pensadas y dimensionadas.
Otro tema importante es la seguridad en su doble vertiente de safety y security. Es un arma de doble filo, porque el aumento de las inspecciones hacen que un sistema abierto y global pase a ser selectivo y discriminatorio, porque solo podrán relacionarse entre si puertos con niveles similares de seguridad. El mundo global pasa de ser una red extensa a tener una red selecta.
De igual modo, se está viendo una integración de navieras. Se va hacia una concentración empresarial que a veces, como en el caso francés, está apoyada desde el Estado. Este proceso se va a seguir viviendo. Barcos, puertos y zonas logísticas están cada vez más integradas. Esto no es solo a nivel nacional, sino a nivel global.
Por último, hay que mirar muy de cerca a China.
- CdS: ¿Hacia dónde se dirige el mundo marítimo portuario?
- JLS:Los puertos necesitan conectividad terrestre. Vivimos un mundo dinámico e interrelacionado. Aislarnos no es el camino. Hay que poner recursos en ellos de forma adecuada, sin detraerlos al propio sistema económico.
El sistema portuario debe estar al servicio del comercio. No es un fin en si mismo. Se trata de favorecer el funcionamiento del sistema económico en beneficio del conjunto de la sociedad.