La Organización Mundial de la Salud declaraba a finales de enero el coronavirus como una emergencia pública sanitaria a nivel internacional. Desde entonces, se han establecido algunas restricciones en cuanto al turismo, como es comprensible, pero también el comercio se está viendo afectado.
Wuhan se encuentra en el interior de China, a 830 kilómetros de Shanghái, pero es un importante hub para el transporte y la logística del país. De hecho, el puerto de Yangluo, en el entorno de Yangtze River, mueve 1,5 millones de TEUs al año y en Hubei, donde está situado, se encuentran las instalaciones de Ford, PSA, Nissan, Renault y Honda, entre otros.
También operan en la zona compañías como Microsoft, Ikea o SAP, además de algunos fabricantes de equipos médicos. Generalmente, las mercancías llegan por carretera, ferrocarril y mar hacia Wuhan, desde donde se envían a Shanghái.
Sin embargo, la crisis del coronavirus ha provocado una falta de estibadores y conductores en la zona. Esto está aumentando los tiempos de tránsito y provocando que los contenedores se amontonen en los muelles.
Situación de crisis
El principal problema es que unos cinco millones de habitantes de Wuhan abandonaron la ciudad antes de la cuarentena para pasar con sus familias el Año Nuevo Chino, por lo que son cinco millones de potenciales portadores del virus que podrían haberlo extendido por Hubei y otras provincias cercanas. De hecho, ya ha llegado a Shanghái y Pekín.
La situación de crisis que se está viviendo en el país ha llevado a grandes dificultades a empresas, puertos y fábricas, que no tienen recursos suficientes para seguir atendiendo las necesidades de los ciudadanos en el entorno de Yangtze River.
Si los contagios continúan, comenzarán a sentirse las consecuencias en la cadena de suministro de la logística de automoción, la electrónica, los artículos de cuero, las comidas y bebidas procesadas y otras mercancías que suelen exportarse desde la zona.
Las que se encuentran paralizadas en China, serán recogidas cuando los trabajadores regresen a sus puestos, pero aún no está clara la fecha en que se retomará la actividad habitual. Además, aunque los precios en el transporte marítimo suelen descender tras el Año Nuevo Chino, la caída será más pronunciada este año, puesto que los operadores querrán atraer todos los volúmenes disponibles para llenar sus barcos.
Desde Bimco, han empezado a ofrecer desde el 23 de enero actualizaciones diarias sobre las medidas que están implementando los diferentes países y Autoridades Portuarias alrededor del mundo. De momento, parece que cuanto más lejos está un puerto de China, menos restrictivas son las medidas cautelares, que varían entre la cuarentena de los miembros de la tripulación o los pasajeros, hasta la cuarentena del buque durante 14 días.