Para poder reducir los costes logísticos en la cadena de suministro, es preciso analizar las diferentes actividades que intervienen. Para realizar este análisis de una manera más sencilla, recordemos que este coste se compone de las siguientes tres actividades de la cadena:
Por un lado, está la gestión de compras, donde destaca el coste de abastecimiento, que se puede ver incrementado por el elevado número de trámites administrativos, los errores en el proceso de recepción, la mala elección de los proveedores o la rutina de trabajar siempre con los mismos.
En segundo lugar, la gestión de stock y almacenes comprende toda una serie de costes directos e indirectos intrínsecos a la operativa. El coste del inventario, embalajes, almacenamiento, manipulación o preparación de pedidos son un claro ejemplo de ello.
En cuanto a la gestión del transporte y distribución, conviene señalar que los envíos, mano de obra o flotas y su mantenimiento copan gran parte de los costes, pero tampoco podemos olvidarnos de todos aquellos costes indirectos derivados del control del rendimiento y medición de ratios en el transporte.
Será en este último punto en donde pondremos el foco si queremos reducir el coste de nuestras expediciones. Hasta ahora, mucho se ha hablado de cómo hacer un buen uso de las tecnologías para la gestión de stock y almacenes, pero esta vez lo haremos desde la visión del transporte.
Gestión del transporte
La gestión del transporte es el último eslabón en la cadena logística hasta que el cliente recibe su producto. Para ello, es necesario tomar una serie de decisiones que afectarán a nuestros costes logísticos, como los sistemas de transporte utilizados. Habrá que definir si el transporte será por carretera, mar, aire o multimodal.
También hay que decidir si se trabaja con una flota propia o subcontratar el servicio de transporte, elegir un sistema de gestión del transporte y su información, y confeccionar las rutas. Estos puntos que se acaban de mencionar suponen un problema para todas aquellas empresas que intentan tomar el control de sus costes logísticos pero no saben cómo medirlo.
[sumario]Las empresas se limitan a pagar de buena fe las facturas que reciben todos los meses de sus proveedores sin tener control alguno del coste. [/sumario]
A priori parece bastante fácil el razonamiento de que si se utiliza transporte por carretera, el coste va a ser mucho más económico que el transporte aéreo. Sin embargo, el cálculo se complica si en vez de flota propia se subcontrata a varios operadores logísticos, quienes a su vez trabajan con distintos sistemas de tarificación y que en muchos casos hasta llegan a solapar rutas.
En este contexto, las empresas se limitan a pagar de buena fe las facturas que reciben todos los meses de sus proveedores sin tener control alguno del coste en esta parte final de la cadena de suministro.
Control de los costes de transporte
¿Qué podemos hacer al respecto?. ¿Seguimos como hasta ahora dejando la gestión del transporte en manos de un tercero?. La Industria 4.0 está revolucionando el mundo empresarial obligando a los negocios a pasar a entornos digitales con una serie de herramientas dirigidas a cada uno de sus áreas.
Existen soluciones en el mercado que permiten a la empresa un control detallado de su coste de transporte con métricas y comparativas de manera que se puede medir nuestro nivel de servicio y el coste unitario por envío.
[sumario]Con una solución digital se puede conseguir minimizar el total de kilómetros recorridos, así como el tiempo empleado.[/sumario]
De esta forma se consigue reducir costes de transporte, optimizando la capacidad cúbica de los contenedores, adaptándolos al tipo de transporte más eficiente y consolidando pedidos que se pueden diferenciar mediante compatibilidad de producto. De esta manera se aprovecha mejor el espacio de cada envío reduciendo el coste unitario del mismo.
Del mismo modo, se pueden optimizar los niveles de servicio, proporcionando un cuadro de mando gráfico e intuitivo con gran detalle tanto del transporte como del servicio ofrecido: entregas, retrasos y rechazos. En muchas ocasiones no se realizan entregas a tiempo porque las rutas no están bien confeccionadas y esta tarea es crítica por su nivel de importancia.
Para definir bien una ruta hay que tener en cuenta muchos parámetros: limitación en el kilometraje, flota, personal disponible, capacidad de carga, tipo de producto, etc. Todas estas variables cambian de forma diaria y con una solución digital se puede conseguir minimizar el total de kilómetros recorridos, así como el tiempo empleado.
Por último, está la optimización de procesos. La negociación de tarifas es otro quebradero de cabeza para el departamento de expediciones, al que hay que sumar su recálculo en el caso de existir sobrecargos o descuentos pactados con el cliente. Este proceso se puede ver reducido mediante su automatización.
Lo mismo sucede con todos los trámites administrativos como el pago del transporte o su facturación. OTM elimina estos costes indirectos liberando a su equipo de tareas manuales y centrándose en la estrategia.
José Luis Palenzuela
Consultor de Logística en Neteris Consulting