La naviera francesa CMA-CGM dejará de operar en Irán con motivo de las sanciones impuestas por Estados Unidos, cuyo presidente, Donald Trump, ha amenazado con castigar a las empresas que sigan haciendo negocios con el país asiático. Algunas de las sanciones previstas por EE.UU para Irán comenzarán a aplicarse en agosto y el resto en noviembre.
La actividad del operador en esta zona se venía realizando hasta ahora a través de la compañía local Islamic Republic of Iran Shipping Lines, IRISL, con la que operaba varias líneas y terminales. No obstante, lo ocurrido afecta a otras grandes empresas galas, como la petrolera Total o el fabricante de vehículos PSA Peugeot Citröen.
El presidente de la naviera, Rodolphe Saade, culpa directamente a la administración de Trump de esta situación, que les ha llevado a abandonar Irán, y sostiene que el caso de sus competidores chinos es distinto, ya que mantienen otro tipo de relaciones con Estados Unidos.
La decisión se suma a la de Maersk, que en mayo comunicó que dejaría de operar en el país asiático, para cuyas autoridades esto se ha convertido en una auténtica guerra comercial. De hecho, autoridades iraníes ya han amenazado con bloquear las exportaciones de crudo desde el Golfo Pérsico.
En 2015, varios países firmaron un Plan de Acción Conjunto para limitar el programa nuclear de Irán. Pese a la garantía de Naciones Unidas de que el país estaba cumpliendo con las obligaciones impuestas, Trump ha decidido abandonar este acuerdo, lo que ha llevado a Irán a plantearse lo mismo.
Mientras, Gran Bretaña, Alemania, China y Rusia tratan de llegar a un acuerdo con las autoridades del país para contrarrestar las sanciones americanas previstas.