En el marco de la Feria Alimentaria que se está celebrando esta semana en Barcelona, Calidad Pascual ha presentado la segunda fase de su Plan de Movilidad Sostenible para Cataluña, con el que pretende reducir la huella de carbono en la región y especialmente en la ciudad condal.
La compañía fue la primera empresa en acogerse a la nueva reglamentación de transporte de Cataluña, que establece importantes reducciones en las emisiones contaminantes, y cuenta con una importante flota de vehículos impulsados por gas natural.
Ahora, Calidad Pascual da un paso más y comenzará la distribución sosteniblede sus productos a los establecimientos de Barcelona con furgonetas 100% eléctricas Nissan e-NV200.
Este vehículo sostenible permite a las empresas ahorros de hasta un 40% en costes de mantenimiento, además de contribuir claramente a la reducción de las emisiones de CO2 y NOx.
En el presente 2016, los dos modelos eléctricos del fabricante japonés alcanzan una cuota del 52%en el segmento de vehículos eléctricos en España, tras cerrar 2015 con una cuota del 31%.
Reducción de un 20% de emisiones
Con los vehículos comerciales eléctricos de última milla elegidos, la compañía pretende aprovechar las ventajas de este tipo de transporte, en especial su escaso impacto acústico y sus cero emisiones.
La utilización de una flota sostenible forma parte del Plan de Gestión Medioambiental de Calidad Pascual, con el que pretende reducir en un 20% sus emisiones de C02 derivadas de la movilidad.
En este sentido, la compañía ha vuelto a cumplir un hito en su compromiso con el medio ambiente al renovar su certificación medioambiental Cinco Estrellas Ecostars en noviembre de 2015, con 2.447 vehículos, la mayor flota de vehículos con certificación ecológica de Europa.
Además de la renovación de la flota, Qualianza, la empresa de distribución capilar del grupo, ha comenzado a utilizar un software puntero de diseño de rutas, que hará aún más eficientes los desplazamientos.
Este sistema informático dinámico e inteligente permite la optimización de los trayectos diarios, contribuyendo así tanto a la reducción de la huella de carbono del cliente como al descenso del tráfico rodado en zonas especialmente vulnerables a la contaminación.