Los conductores de los vehículos diésel más contaminantes podrán ser multados a partir de ahora en Bruselas, una vez terminado el periodo de gracia que se concedió desde principios de 2018 hasta el 30 de septiembre.
La calidad del aire es un asunto que preocupa especialmente a las administraciones belgas, dado que la capital ha superado por tercer año consecutivo los niveles de óxidos de nitrógeno permitidos.
Tal y como indica la nueva normativa, los que utilicen turismos o furgonetas Euro 0 y Euro 1 desde el mes de octubre tendrán que pagar hasta 350 euros de multa si acceden a una zona de bajas emisiones. No obstante, se ha establecido un máximo de cuatro multas al año para cada ciudadano.
Además, el Ayuntamiento de la ciudad ha decidido conceder un nuevo periodo de gracia de tres meses después de cada infracción. Este periodo de adaptación está permitiendo a los usuarios cambiar su vehículo o cambiar sus hábitos de conducción, evitando el acceso a ciertas zonas.
Los conductores serán monitorizados por una red de 180 cámaras que están siendo instaladas en Bruselas, de las que 90 ya están operativas y las otras 90 lo estarán antes de que finalice el año.
El caso de Alemania y España
La situación no es muy diferente en otras zonas del mundo, ya que en febrero, un tribunal alemán ha determinado que los consistorios municipales son libres de prohibir los vehículos más antiguos, confirmando en mayo que podían empezar a hacerlo de inmediato.
Gracias a esto, ciudades como Hamburgo, Frankfurt o Stuttgart podrán prohibir la circulación de los turismos diésel que incorporen tecnologías inferiores a los estándares Euro 6. Actualmente, de los 15 millones de vehículos propulsados por este combustible que utilizan sus carreteras, solamente 2,7 millones pertenecen a esta categoría.
En España, tanto Madrid como Barcelona están implementando nuevas regulaciones para controlar el acceso al centro de la ciudad de los vehículos más contaminantes con el fin de reducir la contaminación y mejorar la calidad del aire.