La Comisión Europea ha dado el visto bueno a la fusión de la naviera árabe United Arab Shipping Company (UASC) y la alemana Hapag-Lloyd, que aspiran a formar el quinto operador de contenedores más grande del mundo, aunque ha establecido algunas condiciones para esta operación.
En concreto, la investigación ha determinado que esta fusión implicaría una conexión entre los consorcios y alianzas en los que participa la naviera germana en las rutas comerciales entre el norte de Europa y Norteamérica, y el consorcio NEU1, del que UASC es miembro.
Esto podría influir tanto en la capacidad como en los precios en gran parte de los mercados, en detrimento de los clientes y los consumidores al no existir la suficiente competitividad.
Por tanto, el operador árabe abandonará el consorcio para eliminar la conexión entre ambas, quedando la naviera resultante en una posición comparable a la que actualmente ocupa Hapag-Lloyd, que se ha comprometido a no incrementar los precios en las rutas que ofrece entre estas zonas.
Asimismo, la transacción sí generará ciertas conexiones entre las actividades que llevan a cabo estas compañías como operadoras de transporte de contenedoresy la participación del operador alemán en otro tipo de servicios, como terminales de contenedores, transporte terrestre, 'freight forwarding' y remolque marítimo.
Sin embargo, en este caso la Comisión no considera que haya problemas de competitividad, puesto que hay otros proveedores activos en estos mercados.