El sector del transporte por carretera en Sudamérica ha ganado esta pasada semana dos importantes batallas en sus reivindicaciones, una en Colombia y otra en Argentina, a través de sendas huelgas indefinidas que han puesto en jaque la economía de ambos países.
Tras 45 días de huelga en Colombia, este pasado viernes 22 de julio se alcanzó un acuerdo entre el sector y la administración que recoge las principales solicitudes de los transportistas. Pero hasta la llegada de este pacto, en el país se ha vivido una situación particularmente violenta que ha dejado varios heridos graves y un manifestante muerto.
Durante el último mes y medio, el gobierno colombiano ha puesto en marcha medidas como el decomiso de vehículos que bloqueasen las carreteras, las retiradas de licencias de transporte a los manifestantes y multas a los mismos, en un intento de luchar contra las protestas de unos "camioneros intransigentes", según los calificó el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos.
Por su parte, los transportistas han venido denunciando detenciones arbitrarias y represalias excesivas por parte de las fuerzas de seguridad, mientras que también han rechazado en las últimas semanas las acusaciones sobre supuestas presiones al resto de transportistas que no secundaban el paro.
Más allá de las palabras y el cruce de reproches, lo cierto es que la huelga llegó a provocar el desabastecimiento en algunas regiones del país, a lo que el gobierno respondió poniendo en circulación 40.000 camiones con mercancías básicas escoltados por el ejercito.
Fletes bajos, peajes altos, competencia desleal...
La Asociación Colombiana de Camioneros (ACC) explicaba, en plena protesta, que los transportistas cobraban actualmente "fletes de 2008 con gastos de 2016", mientras que también criticaban los altos peajes, la competencia desleal, camiones matriculados de forma irregular, la indefensión de los transportistas ante el poder de los cargadores para acordar los precios... Problemas, en definitiva, no demasiado diferentes a los que sufre el sector a este lado del Atlántico.
El acuerdo firmado este viernes, que ha sido compartido públicamente por la Asociación de Transportistas de Carga (ATC) a través de su cuenta en twitter, consta de 20 puntos y, según el director de dicha asociación, Luis Orlando Ramírez,"tiene una filosofía estructural que valora la actividad camionera en Colombia".
Entre otras actuaciones, el gobierno colombiano se ha comprometido a actualizar los costes del transporte de carga, que permitirá a los transportistas pactar precios en un marco de referencia vigilado, junto a otras solicitudes del sector como el esquema de "uno a uno" en la renovación del parque para reducir la sobreoferta.
Más "fácil" en Argentina
La situación no ha llegado a estos extremos en Argentina, donde el gobierno ha tomado medidas tras cuatro días de paro del sector del transporte de cereales, unas de las mercancías más exportadas por el país, ya que la huelga estaba perjudicando dicha exportación.
La Federación de Transportadores Argentinos (Fetra) y la Confederación Argentina del Transporte Automotor de Cargas (Catac) convocaron el 18 de julio una huelga en el sector porque los productores "se negaban a negociar cualquier tipo de aumento, sin reconocer el incremento del 30% en el combustible ni el aumento del 400% en los peajes", entre otros gastos que venían soportándose sólo por el sector.
Cuatro días más tarde, a pesar de "la falta de propuestas por parte de las entidades del agro", indican desde Catac, los transportistas han decidido suspender la huelga debido al compromiso del gobierno argentino para, por un lado, establecer una tarifa mínima y, por otro, formar una mesa de trabajo para analizar y debatir el resto de peticiones del sector.