El número de portacontenedores equipados con 'scrubbers'había llegado a 212 a fecha del 10 de diciembre de 2019, con una capacidad total de 1,79 millones de TEUs, aunque todavía se encontraban en los astilleros otras 101 unidades.
Juntando ambas cifras, puede decirse que para principios de 2020, cuando han entrado en vigor los nuevos límites de azufre de la OMI, los buques que cuentan con este sistema suponían un 5,9% del total o el 11,8% si se mide en términos de capacidad.
En los próximos dos años, se entregarán más portacontenedores con este sistema de depuración, tanto nuevos como adaptados, lo que posiblemente elevará el número total a unas 1.000 embarcaciones equipadas con 'scrubbers', que sumarán alrededor de 10 millones de TEUs, para 2022, según las cifras que maneja la consultora Alphaliner.
La clara apuesta por ellos se debe en parte a una cuestión económica, pues el precio actual de los combustibles bajos en azufre está muy por encima de los tradicionales. Sin embargo, la larga lista de buques que aún esperan a ser adaptados por los astilleros, sumado a unas estancias mayores, está afectando en gran medida a los operadores.
Pérdidas de hasta 50.000 dólares diarios
De hecho, en el caso de los buques más grandes, las pérdidas están entre los 30.000 y los 50.000 dólares diarios. La media de tiempo que un buque debe permanecer parado en el astillero para estos trabajos ha sido de 59 días en 2019, aunque el 17% ha estado más de 80.
MSC ha sido la naviera que más ha sufrido estos retrasos, pues al menos 15 de sus buques han requerido trabajos de más de 80 días. Al mismo tiempo, la congestión en estas instalaciones han obligado al operador a esperar hasta ocho semanas para que al menos cinco de sus portacontenedores pudieran ser adaptados.
A pesar de estos inconvenientes, será uno de los que más beneficios obtenga de su fuerte inversión en 'scrubbers', pues ha solicitado unos 250 sistemas de este tipo, de los que 49 ya se han instalado y 31 están en proceso. Gracias a esto, podrá beneficiarse del uso del fuelóleo pesado tradicional, que se encuentra en unos 255 dólares por tonelada, frente a los 510 dólares del combustible bajo en azufre.