Alfaland ha lanzado en el mercado ibérico un servicio pionero de alquiler de tecnología. Su objetivo es ofrecer una alternativa a la tradicional compra de equipos y tecnologías, la única opción hasta ahora por parte de las compañías logísticas para incorporar las últimas novedades tecnológicas en sus procesos.
En opinión de José María Toro, director comercial de Alfaland Sistemas, “las empresas que optan a este modelo mejoran su competitividad al utilizar un equipamiento más eficiente y productivo”. Otro punto esencial es que, según Toro, “se transforma un proceso de compra necesario, pero no estratégico, en un servicio delegado a un socio especializado como es Alfaland en este caso”.
La primera respuesta del sector está siendo “muy positiva”, según fuentes de Alfaland. Así, se están realizando operaciones de alquiler full service de dispositivos móviles (embarcados, de mano, de voz…) incluyendo licencias, software y mantenimiento.
La idea es extender el alquiler de los equipos de manutención a los dispositivos móviles, tanto en hardware como software, además de ofrecer a sus clientes la flexibilidad que exige una gestión integral del parque: más dispositivos si tiene puntas de trabajo no previstas, campañas donde tiene que sobredimensionar el parque de equipos o terminales, averías, etc. “Cualquier suceso se gestiona desde un servicio full service, que puede incluir mantenimiento, soporte e incluso formación”, afirma Toro.
Esta nueva opción permite el acceso a productos y tecnologías de última generación a compañías que hasta ahora, por su alto coste, no podían hacerlo. A ello se suman las ventajas fiscales y financieras que supone el alquiler para las empresas, “un aspecto muy importante en tiempos de crisis en donde hay una gran contracción del crédito”, destaca José María Toro.
La utilización del alquiler de tecnología de Alfaland se traduce en una reducción de costes, minimiza los riesgos de este tipo de operaciones y acelera la rentabilidad de dicha inversión. El ahorro obtenido a través del alquiler puede invertirse en otras áreas o actividades de las compañías, “e incluso evaluar si dicha tecnología es la indicada para una operativa o empresa y si la opción de compra es factible a medio o largo plazo”.