Diversas navieras alertan de la situación de saturación que se vive en una parte importantede las terminales portuarias del país, una situación que pone en riesgo la posición de España en el comercio internacional.
Esta situación se traduce en una mayor congestión, algo que obliga a los barcos a esperar para ser estibados o desestibados y que genera un encadenamiento de retrasos que va perjudicando a las navieras, que, por su parte, ven cómo se van dilatando las escalas y acumulando mayores tiempos de tránsito en sus conexiones internacionales.
A las aglomeraciones y las esperas se suma, a juicio de algunas navieras, el incremento de costes que implica, en lo que respecta a tasas portuarias y servicios, unas estancias más largas de los navíos en los recintos portuarios, así como una inestabilidad a la hora de decidir cuándo contratar manos de estibadores para cargar o descargar los buques, por ejemplo, con el fin de evitar incurrir en costes adicionales en momentos en que los fletes, según explican, apenas dejan margen de beneficio para estas compañías.
Por otra parte, el momento de impasse que se vive en torno a la estiba genera aún mayor inseguridad en un sector que necesita flexibilidad para poder atender servicios que están sujetos muy a menudo a imponderables ajenos al servicio.
Ante esta situación, las navieras piden más flexibilidad en los servicios portuarios, tanto en horarios como en capacidad de movilización de trabajadores, e infraestructuras adecuadas allí donde realmente se necesitan, para evitar tener que realizar desplazamientos innecesarios, algo de especial importancia en el caso de los contenedores, en el que los movimientos en vacío tienen un elevado coste.