Esperanza Aguirre ha optado por liquidar la empresa Aeropuertos de Madrid, con capital 100% público. Este proceso deja paralizado el proyecto estrella de la anterior legislatura, la construcción del aeródromo privado de El Álamo, cerca de Navalcarnero.
La liquidación se debe al proceso de reestructuración del sector público dependiente de la comunidad que se inició el pasado mes de diciembre.
El Álamo tenía ya definidos los proyectos constructivos y se había iniciado el proceso de adjudicación, con un presupuesto de 180 millones.
En el nuevo aeropuerto se iban a instalar las aerolíneas de vuelos de negocios, que operan en Torrejón y Barajas a la espera de las instalaciones que les había prometido, así como la aviación general, que comprende trabajos aéreos, enseñanza o aviación deportiva, que se encuentran en el aeródromo de Cuatro Vientos.
Esta noticia no ha gustado a las aerolíneas y usuarios de este tipo de transporte que se ven obligados a seguir utilizando las instalaciones provisionales. Por ello, desde la Asociación Española de Aviación Ejecutiva se solicitó al Ministerio de Fomento hace dos años poder utilizar las antiguas instalaciones de Air Nostrum en la Terminal 3 del Aeropuerto de Barajas. Aunque la Asociación y el Ministerio llegaron a un acuerdo, todavía no se ha procedido a realizar el traslado.
Casarrubios cobra fuerza
Como consecuencia de la no construcción del aeropuerto privado de El Álamo, cobra cada vez más fuerza el aeródromo privado de Casarrubios del Monte, en la frontera entre Madrid y Toledo.
Este aeropuerto, que registra más de 100.000 operaciones al año, dispone de más de 15 talleres de mantenimiento homologados por aviación civil.
El aeropuerto fue declarado en 2010 de Interés Regional y más tarde de Uso Público, lo que le permite poder ampliar su pista.