Tras semanas de huelga, los camioneros que estaban en huelga en el área de descanso de Gräfenhausen, en Alemania, han finalmente conseguido ganar el litigio contra el consorcio polaco Lukmaz, Agmaz e Imperia.
De este modo, los transportistas, procedentes en su mayoría de Uzbekistán y Georgia han recuperado de manera colectiva los más de 300.000 euros en salarios que se les adeudaba.
La resolución ha llegado tras la firma de un acuerdo con la empresa polaca por el que ésta se compromete a pagar a los conductores todos sus salarios pendientes y a retirar todos los cargos actuales y futuros contra ellos.
Por otro lado, los conductores también se han comprometido a entregar las llaves de todos los vehículosdoce horas después de recibir sus pagos.
El transporte europeo ha mostrado su satisfacción por la resolución de este conflicto, si bien desde la Federación Europea de Trabajadores del Transporte advierten que esta huelga "ha puesto de manifiesto las prácticas ilegales de subcontratación y las violaciones de los derechos humanos y laborales básicos que asolan el sector europeo del transporte por carretera, especialmente en el caso de los camioneros inmigrantes".
Por ello, han pedido que las instituciones europeas y los Estados miembros introduzcan de inmediato medidas y acciones que garanticen a los conductores unos salarios dignos y protecciones que preserven su seguridad.
Desde las propias administraciones comunitarias ya señalaron que, si bien Europa necesita conductores profesionales de terceros países, más allá de la UE, para solucionar la creciente escasez de conductores, junto con los esfuerzos para abrir la profesión especialmente jóvenes y mujeres, todos los conductores, incluidos estos, deben ser respetados y tienen sus plenos derechos según las normas de la Unión Europea.