El modelo de cadena de suministro global está a punto de caducar, esto no es ningún secreto. Esta estructura, anclada en un modelo prepandémico que respondía únicamente a eficiencia en costes, necesita una transformación radical hacia un modelo más ágil, resiliente y sostenible que nos permita seguir dando respuesta a la demanda asegurando lo mismo que antes: nivel de servicio y rentabilidad; pero añadiendo ahora un factor más con el que cumplir: la sostenibilidad.
Aunque este rediseño representa un reto a largo plazo, son los retos inmediatos los que llenan las agendas de los directivos logísticos y aquí encontramos este último factor que ha pasado a formar parte de las reglas del juego.
La sostenibilidad en las empresas ya no es una cuestión que abordar solo para los que quieren sacar nota, ahora es un requisito que cumplir para llegar al aprobado. La huella ambiental producida por las actividades logísticas y de transporte en España representa la cuarta parte de todas las emisiones de CO2 del país.
Por eso, la urgencia de abordar esta cuestión no solo responde a la demanda de los clientes finales, sino también a las crecientes regulaciones y normativas escondidas detrás de siglas -ODS, ZBE, ETS- que obligan a las empresas a actuar cuanto antes.
El segundo gran reto a la vista para los próximos meses es la digitalización de las empresas, de todas sus operaciones, procesos y flujos. La conversión de datos de un formato físico a uno digital nos hace más eficientes y habilita prácticas colaborativas.
Actualmente, contamos con tecnologías emergentes como el Internet de las cosas (IoT), la Inteligencia Artificial o soluciones basadas en la nube, pero también con otras más “simples” que nos permiten compartir información, mejorar la planificación de las operaciones, automatizar procesos y por supuesto, una mayor visibilidad en la cadena.
Precisamente a raíz de las nuevas tecnologías encontramos el futuro de la logística; 2024 ofrece una oportunidad enorme a través de ellas. La IA, el Big Data y la analítica se presentan como herramientas fundamentales a la hora de catalizar la construcción de los nuevos modelos de cadena de suministro.
Sin embargo, para capitalizarlas e implantarlas con éxito, es necesaria la disposición de datos fiables en formato digital estandarizado e inversiones significativas tanto en los sistemas tecnológicos, como en el capital humano que tendrá que ponerlas en marcha.
La IA, el Big Data y la analítica son fundamentales a la hora de construir nuevos modelos de cadena de suministro”.
Aquí nos encontramos con dos elementos fundamentales. En primer lugar, la presencia de profesionales capacitados para implantar estas tecnologías, personas que identifiquen dónde, cuándo y cómo implementar, pero también que acompañen a las empresas en la transición hacia su uso. Y, por otro lado, es esencial invertir en la formación de los empleados que utilizarán estas herramientas. La sinergia entre la tecnología y las habilidades humanas es la base para maximizar el potencial de las innovaciones tecnológicas.
2024 se presenta como la antesala del futuro de la logística, con desafíos significativos, pero sobre todo con grandes oportunidades. La sostenibilidad y la digitalización no solo son retos, también son las claves para una cadena de suministro más eficiente, resiliente y ágil.