El sector de la logística y el transporte ha arrancado el 2024 con una exigente hoja de ruta marcada por la crisis del Mar Rojo, las violentas manifestaciones de los agricultores en Francia o las guerras de Rusia y Gaza, que han vuelto a poner en jaque la cadena de suministro mundial. Un escenario que ya está impactando en el funcionamiento del comercio internacional, incrementando significativamente los costes empresariales, alimentando la espiral inflacionista y provocando importantes retrasos en algunas entregas.
Este contexto intensifica la compleja coyuntura económica en la que ya operamos desde hace meses, como resultado de la presión fiscal sobre nuestras empresas, del aumento de los tipos de interés y de la imposición de políticas laborales contraproducentes para el tejido productivo, como la subida del 5% del SMI, los incrementos de las cotizaciones sociales o el intento de reducción de la jornada laboral. Los datos del último trimestre de 2023 ya nos advertían de un descenso en la curva de crecimiento del empleo en el sector, por lo que conviene acometer de manera inmediata un plan de incentivos que favorezca la creación real y sostenible de puestos de trabajo. De lo contrario, mucho me temo que esa curva se irá aplanando todavía más.
Además de retomar la senda de crecimiento del empleo y lograr aumentar los márgenes empresariales, el sector debe seguir enfocado en impulsar otro de nuestros retos más ambiciosos: seguir maximizando la integración de las nuevas corrientes tecnológicas en el ADN de nuestras empresas. Poner en el foco en la predicción de la demanda, la automatización y el análisis de datos ya nos ha valido para convertirnos en el tercer sector que en España hace un uso más intensivo del Big Data. Por ello, cada vez existe una mayor demanda de profesionales cualificados en esta materia, cuyos conocimientos son fundamentales para ofrecer servicios más sostenibles, ágiles y flexibles con los que responder a las nuevas tendencias del mercado y afrontar los desafíos que plantea la imprevisible cadena de suministro.
Es decisivo desarrollar planes eficaces de educación, enfocados en la formación universitaria y en la FP, como palanca clave para el impulso de la competitividad y la proyección internacional”.
Precisamente por esto es decisivo desarrollar planes eficaces de educación, enfocados en la formación universitaria y en la FP, como palanca clave para el impulso de la competitividad y la proyección internacional: un sector con capital humano cualificado es foco de atracción para inversiones y generador de riqueza y empleo. Además, será crucial para aprovechar la oportunidad más importante que tenemos a la vista, que es convertir España en un hub logístico de referencia internacional, aprovechando nuestra posición geoestratégica y apostando por las ventajas que podemos ofrecer a regiones como LATAM y a los market places asiáticos que buscan consolidar mercancías en nuestro continente.
Impulsar el desarrollo del sector exterior en España dependerá del apoyo irrefutable de las administraciones públicas, de lograr establecer un diálogo público-privado permanente y de contar con un plan estructural de inversiones destinado a la actualización de nuestras infraestructuras y a la modernización de nuestro caduco modelo paraduanero.