Nuevos servicios de carga aérea para productos refrigerados

Necesidades de seguridad y rapidez, junto con un riguroso mantenimiento de la cadena de frío hace que crezcan con fuerza los servicios de carga aérea refrigerada, especialmente para mercancías de alto valor, incluyendo perecederos y productos farmacéuticos.

05/11/2024 a las 21:57 h
Envirotainer cargo

La carga aérea vive un buen momento a nivel mundial y tambiénen España, acumulando sucesivos crecimientos desde hace meses.

En este sentido, Iata estima que la demanda de este tipo de transporte ha aumentado un 14,7% anual durante el pasado mes de mayo, el sexto mes seguido con crecimientos superiores al 10%, según Iata.

Al tiempo, la capacidad ha subido un 6,7% anual durante el quinto mes de este mismo ejercicio, con ascenso paralelo de un 10,2% para operaciones internacionales.

Así pues, la asociación calcula que los volúmenes globales de carga aérea este año alcanzarán los 62 millones de toneladas.

La entidad estima que se está produciendo una estabilización en el segmento tras los picos de actividad registrados durante la pandemia, especialmente tras la recuperación total de los servicios de pasajeros y la posibilidad de transportar mercancía en las bodegas de estos aviones.

Esta tendencia a la normalización se refleja en la evolución de los diferentes indicadores de la carga aérea, como son los ingresos, la capacidad o la evolución de la flota.

En España, los tráficos de carga aérea de los aeropuertos españoles acumulan en la primera mitad del ejercicio un volumen total de 604.780.617 kg de mercancías, un 19,2% más que hace un año.

IAG Cargo ha ampliado sus instalaciones de temperatura controlada en Barajas.

Diferentes tipos de mercancías impulsan estos tráficos, principalmente de alto valor, con especial atención a productos que se transportan a temperatura controlada, como, por ejemplo, perecederos y productos farmacéuticos.

De un lado, el alto valor de la mercancía y cuestiones de tiempo hacen que cargadors y operadores se decanten por servicios de carga aérea a temperatura controlada.

Sin embargo, al mismo tiempo, otro factor que apuntala esta tendencia al alza tiene que ver con los efectos de la crisis en el mar Rojo desencadenada por los atentados terroristas hutíes en el transporte marítimo.

La situación en esta zona dificulta los tráficos marítimos en algunas de las principales líneas marítimas internacionales y obligan a buscar alternativas que, en el caso de estas mercancías de alto valor que necesitan mantener la cadena de frío, pasan por recurrir al transporte aéreo, que es seguro, rápido y no sufre ningún tipo de restricción.

En este sentido, se suceden las iniciativas y los proyectos en este ámbito.

Concretamente, IAG Cargo ha invertido 1,5 millones de euros en la ampliación de sus instalaciones de temperatura controlada en el aeropuerto madrileño de Barajas.

En un contexto de falta de capacidad de transporte marítimo se abren paso servicios de carga aérea para mercancía de alto valor que necesita mantener la cadena de frío”.

Estos trabajos forman parte de una inversión total de 12 millones de euros, llevada a cabo en los últimos seis años en unas instalaciones clave para la entrada de productos perecederos procedentes de Iboeramérica.

La compañía estima que esta inversión aumentará la capacidad total de la instalación en un 45% y la dotará de 1.340 m2 de espacio dedicado a temperatura controlada para productos perecederos, incluyendo cámaras de refrigeración que aportan mayor eficiencia y fiabilidad a las operaciones de la cadena de frío, al estar monitorizadas las 24 horas.

IAG espera que esta ampliación de la instalación beneficie a los importadores de frutas y hortalizas, incluidos espárragos de Perú y Los Ángeles, papayas de Brasil y mangos de República Dominicana, así como carnes de Argentina y Uruguay, y pescados, como merluza y salmón, de Chile.

Además, más recientemente, el grupo también ha extendido este servicio de frío a su estación de Estrasburgo, que será la última de sus estaciones en Europa en recibir la aprobación para el transporte de productos sanitarios sensibles al tiempo y a la temperatura. 

Con esta estación eleva a 29 el número total de estaciones Constant Climate aprobadas para el transporte de productos sensibles a la temperatura en Europa, con más de un centenar en todo el mundo, incluyendo las inauguradas recientemente de Cincinnati y Ciudad del Cabo.