La sostenibilidad es uno de los principales retos a los que se enfrenta el sector del embalaje en 2025, pues se trata de un elemento clave para ayudar a proteger el planeta y optimizar las cadenas de suministro. Una de las premisas para cumplir con el objetivo es la reducción de materiales como el plástico.
En ese sentido, el sector invierte en I+D+i para lograr soluciones más sostenibles que no pierdan ni un ápice su capacidad de protección del producto. Por ejemplo, en Embalajes Raja aplican desde hace tiempo políticas de reducción del plástico, pero dado que tiene propiedades muy difíciles de sustituir, abogan porque sea reciclado o por sustituirlo por el cartón o el papel.
Además, dado que la economía circular será el motor del cambio de 2025, se deben priorizar productos responsables certificados con etiquetas como la de Cadena de Custodia o FSC, y fabricados con materias primas renovables y reciclables. En el embalaje, también se debe tener en cuenta la eficiencia operativa, facilitando el proceso y haciéndolo mejor y más rápido.
Por otro lado, los embalajes conocidos como de ida y vuelta son clave para reducir el impacto ambiental y responder a la creciente demanda de soluciones más responsables y sostenibles. Adaptados a las devoluciones, cuentan con una doble banda adhesiva que hace que puedan ser correctamente cerrados una primera vez para el trayecto de envío y, si es preciso, una segunda vez en el de retorno.
La reducción del peso del embalaje es igualmente esencial para disminuir la huella de carbono asociada al transporte, contribuyendo así a la reducción de emisiones, y la mejora de la eficiencia económica y operacional. Finalmente, otra tendencia de 2025 serán los embalajes personalizados, que ayudan a diferenciarse de la competencia, contribuyen a mejorar la experiencia y permiten, comunicar ofertas especiales, promociones u otras campañas.