Los precios de la carga aérea aumentaron por sexto mes consecutivo en el mes de julio, según Xeneta. En concreto, los fletes mundiales alcanzaron los 2,66 dólares/kg, un 20% más que en el mismo mes del año anterior, debido al fuerte crecimiento de la demanda.
Los volúmenes de julio aumentaron un 13% interanual, gracias al impulso del comercio electrónico procedente de Asia, si bien la oferta mundial de carga aérea creció a un ritmo mucho más lento, del 2% interanual, en el séptimo mes.
Además, el crecimiento de la demanda, junto con un modesto aumento de la oferta, produjo un impulso esperado en el factor de carga dinámico mundial, que superó el nivel del año pasado en cinco puntos porcentuales, alcanzando el 59% en julio.
En julio, el apagón informático mundial que afectó a los sistemas de Microsoft el día 19 provocó trastornos generalizados, con retrasos y cancelaciones de vuelos que duraron más de una semana. Esto hizo que los factores de carga de algunas aerolíneas afectadas aumentaran hasta cuatro puntos porcentuales en comparación con la semana anterior, pero para el 28 de julio, los factores de carga habían vuelto en su mayor parte a los niveles anteriores a la interrupción.
Como suele ocurrir, el pánico entre cargadores y transitarios hizo subir los precios, que alcanzaron su nivel más alto del año en la última semana de julio, con 2,70 dólares/kg. De cara a lo que queda de 2024, se espera que el fuerte crecimiento interanual de la demanda de carga aérea se extienda a agosto y septiembre.
Al mismo tiempo, es probable que las perturbaciones en el Mar Rojo sigan planteando riesgos para las cadenas de suministro debido a los mayores tiempos de navegación de los portacontenedores y a la menor fiabilidad de los horarios. A ello se añaden las posibles huelgas en el puerto de Hamburgo y los de las costas este y del Golfo de EE.UU., que podrían ejercer una mayor presión al alza sobre las tarifas.
Precisamente ahora, a finales de agosto, podrían empezar a verse los primeros indicios de una auténtica temporada alta, que sería la guinda del pastel para las aerolíneas después de un crecimiento tan inesperado de los volúmenes y la demanda en los siete primeros meses del año, según Xeneta.