Las buenas cifras de demanda y capacidad impulsan desde hace unos meses la actividad de la carga aérea global.
De igual manera, la cierta mejoría que se registra en muchos de los indicadores económicos, junto con el control de la inflación en Europa y los Estados Unidos, unidos a factores geoestratégicos como la invasión rusa de Ucrania o la crisis en Oriente Medio que afecta al transporte marítimo en Suez, también refuerzan esta tendencia.
Sin embargo, la alta volatilidad y la incertidumbre que se han convertido en una constante de la economía mundial desde el inicio de la crisis sanitaria en los primeros meses de 2020 no permite lanzar las campanas al vuelo.
Los indicadores de Transport Intelligence apuntan que los volúmenes de transporte de carga aérea se han incrementado en todo el mundo un 6,7% entre el primer y el segundo trimestre de este 2024, con crecimientos especialmente reseñables en América del norte y Asia, mientras que en Europa parecen estancados.
Al tiempo, los precios de los servicios de carga aérea también han aumentado entre los mismos cuartos de este año un 5,3% para trayectos de ida y un 13,5% para los regresos.
Por otro lado, el análisis de Transport Intelligence también apunta a ciertas limitaciones en la capacidad del sector, especialmente por al prohibición de los sobrevuelos por el espacio aéreo ruso, así como por las limitaciones que se han introducido en los vuelos de pasajeros entre China y los Estados Unidos, de tal modo que estos dos factores limitan la disponibilidad de espacio en bodega para el transporte de mercancías.
Así pues, las perspectivas del sector de cara a los últimos meses de 2024 parecen buenas, pero condicionadas por diversos aspectos económmicos y políticos que generan una alta incertidumbre y una gran volatilidad.