A la hora de plantearse el uso de vehículos eléctricos, lo primero que llama la atención a los posibles compradores es la diferencia de precio existente entre los modelos eléctricos y las unidades con motores de combustión tradicionales.
Sin embargo, este enfoque no tiene en cuenta otros factores que, sin embargo, parecen inclinarse en favor de la electrificación.
Un reciente informe encargado por Ford Por, apunta que las pequeñas empresas europeas podrían ahorrar una media de 14.000 euros en tres años por furgoneta si se pasaran al vehículo comercial eléctrico.
De manera particular, en Francia el ahorro puede ser de hasta 19.000 euros por furgoneta, mientras que en España es de hasta 16.000 euros; en el Reino Unido, hasta 14.000 euros; en Italia, hasta 12.000 euros; y en Alemania, hasta 11.000 euros.
Este ahorro se debe, según las conclusiones del trabajo, principalmente del menor coste de recarga en comparación con el repostaje de vehículos de gasolina y diésel, así como de la reducción de los costes de mantenimiento.
Según el estudio, las furgonetas eléctricas se amortizan con creces en tres años, la duración habitual de los planes de financiación, gracias a la reducción de los costes de funcionamiento.
De igual modo, las furgonetas eléctricas minimizan el coste energético en comparación con el repostaje de vehículos de gasolina y diésel. Así mismo, son también mecánicamente más sencillas que los vehículos diésel, lo que reduce la necesidad de mantenimiento. Ford Pro estima que los costes de mantenimiento y reparación son un 40% más bajos para las E-Transit que para los modelos diésel equivalentes.