Los neumáticos contribuyen al progreso, trasladando personas y mercancías en millones de desplazamientos diarios. Son imprescindibles para la movilidad y los consumimos en grandes cantidades. Cada año se fabrican en el mundo casi 2.000 millones de neumáticos y se espera que su producción se duplique en los próximos 30 años.
Anualmente en el mundo se desechan 25 millones de toneladas, 7 millones en Europa y más de 295.000 toneladas en España, lo que representa un importante problema ambiental cuya solución pasa por su transformación y por la búsqueda de un nuevo uso cuando llegan al final de su vida útil.
De problema a solución verde
Para que este problema se transforme en una solución verde, TNU, Tratamiento Neumáticos Usados, recoge los neumáticos al final de su vida útil, para reintroducirlos en el círculo de una economía sostenible. Los neumáticos fuera de uso no son simplemente desechos, son residuos que contienen materiales muy útiles, que se extraen y separan para su uso en diversas industrias como materia prima secundaria.
En primer lugar, según la jerarquía de los residuos, se seleccionan aquellos aptos para su reutilización o renovación. Para renovarlos se coloca una nueva banda de rodadura de goma sobre su carcasa y se recauchuta, dando al neumático una nueva vida.
En segundo lugar, se reciclan. Los neumáticos están compuestos por un 16% de caucho natural, un 27% de caucho sintético, un 14% de fibra textil, un 14% de acero y un 28% de negro carbón, aditivo imprescindible para endurecer el caucho y disipar el calor de la banda de rodadura.
El reciclado de neumáticos consiste en procesar Neumáticos al Final de su vida Útil (NFU) separando sus componentes para valorizarlos y transformarlos en granulados de caucho, acero y textiles, como alternativas a las materias primas vírgenes. Este tratamiento permite reducir significativamente las emisiones de CO2 a la atmósfera, por cada kilogramo de caucho reciclado, con un ahorro de 3 Kg de CO2, 12 litros de agua y 1,4 litros de petróleo.
El granulado de caucho se utiliza como una base elástica en parques infantiles, pistas de atletismo, losetas de seguridad mobiliario urbano, suelas, mangueras, carreteras, etc., Además, es posible cerrar el círculo y fabricar nuevos neumáticos con goma de los neumáticos usados.
El acero, debido a su extraordinaria calidad, se funde nuevamente para ser utilizado en la industria siderúrgica. Y por último, las fibras textiles son reutilizadas en la construcción, sirviendo como aislantes.
En tercer lugar, los neumáticos fuera de uso se utilizan para la recuperación de energía mediante la coincineración en los hornos de cemento como combustible. Los NFU son un combustible excelente debido al alto poder calorífico superior a la antracita gracias a los cauchos naturales y sintéticos que contienen. Tanto los neumáticos enteros como los troceados se aprovechan sin ocasionar repercusiones significativas en las emisiones. Además, los elementos químicos presentes en la ceniza se incorporan a las estructuras minerales, mejorando así la calidad del cemento.
Otros usos más recientes e interesantes del granulado de caucho son la obtención de combustible a través de la pirólisis, convirtiendo así los neumáticos no sólo en combustibles alternativos, sino en energía y productos petroquímicos de alto valor añadido, como el negro de carbón recuperado.