Tras la aprobación por parte del Parlamento Europeo de los nuevos objetivos de reducción de emisiones de CO2 para vehículos pesados, desde la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones, Anfac, han recordado que esto requiere incrementar aún más el esfuerzo de inversión y desarrollo tecnológico que están realizando los fabricantes de vehículos y cargadores, y todos los actores implicados.
El nuevo reglamento mantendrá el aumento de los objetivos de reducción de CO2 establecido en la propuesta de la Comisión Europea. No obstante, se ha adelantado la fecha de revisión del Reglamento a 2027, un año antes de lo propuesto por la Comisión, pero sin monitorización anual y sin conexión con las condiciones habilitantes de infraestructura de recarga y suministro de combustibles alternativos de acceso público.
Esto supone que los objetivos para los fabricantes se fijan sin un vínculo directo a que las condiciones necesarias para su consecución estén implantadas o no. Para esta revisión, se ha incluido también una evaluación por del papel del factor de corrección de carbono en la transición hacia la movilidad de cero emisiones y de la metodología para evaluar los vehículos pesados que funcionen exclusivamente con combustibles neutros en CO2.
Los socios de Anfac han innovado e invertido miles de millones de euros para incorporar al mercado vehículos de cero y bajas emisiones, pero consideran que fijar objetivos ambiciosos y simplemente confiar en que se harán realidad no es una estrategia. El aumento de la ambición ha de ir acompañado por medidas que impulsen el mercado, junto con el desarrollo paralelo de infraestructuras de recarga y repostaje adecuadas.
En 2023, apenas se matricularon 341 unidades de vehículos pesados y 538 autobuses electrificados, lo que representa solamente el 1,2% y el 14,3% del mercado electrificado en cada uno de estos tipos de vehículos, respectivamente. Así mismo, aunque se disponga de 29.301 puntos de recarga de acceso público en España, a cierre de 2023 apenas el 5% es de carga ultrarrápida (>150 kW).
Ninguno de ellos, por cierto, está adaptado para las dimensiones y necesidades que los vehículos de transporte de mercancías y pasajeros requieren, así como para la potencia necesaria, superior a 350 kW, para reducir los tiempos de recarga. Ambas cifras evidencian la criticidad de dar continuidad a las ayudas pa la electrificación de flotas de pesados y autobuses, pues el 30 de abril finaliza el actual Plan Mitma Moves, sin que se haya anunciado su continuidad.
De la misma manera, Anfac destaca que es prioritario que España cuente con un órgano de planificación, impulso, gestión y coordinación para el despliegue de una red suficiente en número, potencia y capilaridad de infraestructura de recarga y repostaje a nivel nacional de acceso público, también para vehículos pesados.
En esta línea, José López-Tafall, director general de la Asociación, ha señalado “los vehículos pesados y autobuses no son solo medios de transporte sino herramientas de trabajo: hay que facilitar el cambio para transportistas y empresas y garantizar que, además de reducir emisiones, mantienen o mejoran su competitividad. Si queremos transitar hacia el transporte por carretera sin emisiones, es imprescindible la continuidad de las ayudas públicas a la descarbonización de las flotas”.