La transformación a gas natural de furgonetas que no cumplen con la normativa Euro 6 se establece como una opción viable para los usuarios que necesiten subir de categoría en el eco-etiquetado de la DGT, ya sea para poder llevar a cabo operaciones de distribución urbana en ciudades cada vez más restringidas o para hacer frente a los posibles impuestos que deriven del principio “quien contamina paga”, tan impulsado desde las administraciones europeas.
En un contexto en el que los ayuntamientos de las principales ciudades españolas parecen dispuestos a establecer las restricciones a la circulación, tomando como referencia su nivel de emisiones, independientemente de su labor social, conviene tener en cuenta que las furgonetas que “se transforman” a gas natural ascienden de nivel, automáticamente, en los distintivos medioambientales de Tráfico.
[sumario]Las furgonetas que “se transforman” a gas natural ascienden de nivel, automáticamente, en los distintivos medioambientales de Tráfico.[/sumario]
La DGT ha catalogado como 'B' los vehículos de transporte de mercancías de hasta 12 toneladas que cumplen con las normas Euro 4 y Euro 5, mientras que ha reservado la categoría 'C' a aquellos que cumplen con la norma Euro 6 de emisiones.
Teniendo en cuenta que el eco-etiquetado se establece como una referencia “fácil” para las administraciones locales a la hora de reconocer los vehículos contaminantes y, por extensión, de establecer restricciones para los mismos, las categorías que ha efectuado Tráfico tendrán una incidencia clara en la distribución urbana de mercancías.
El parque español está integrado actualmente por más de 2,3 millones de furgonetas. Según el año de matriculación, puede estimarse de forma aproximada las categorías Euro de las mismas.
Según los registros de Tráfico, 1,1 millones de furgonetas que están operando actualmente fueron matriculadas antes del 1 de enero de 2006, cuando entró en vigor la norma Euro 4. Desde esta fecha y hasta el 31 de diciembre de 2011 se matricularon 475.000 unidades. Desde el 1 de enero de 2012, cuando entró en vigor la norma Euro 5, hasta el 1 de septiembre de 2016, cuando lo hizo la Euro 6, se matricularon en España 320.000 furgonetas.
[sumario]La transformación a gas natural se establece como una alternativa factible y viable económicamente para alrededor de 800.000 furgonetas, frente a la renovación.[/sumario]
Según esto, planes como el del Ayuntamiento de Madrid, que pretende restringir la circulación al área central de la ciudad a vehículos que no tengan la categoría ‘C’ (Euro 6) a partir de 2020, podrían dejar fuera a la inmensa mayoría de furgonetas que están operando en España.
En pruebas en el sector de la paquetería
Por todo ello, la transformación a gas natural se establece como una alternativa factible y viable económicamente para alrededor de 800.000 furgonetas, frente a la renovación de flota que, dados los márgenes que en los que se mueven las empresas y los autónomos del sector de la distribución, sería difícil de acometer en un plazo de tan sólo tres años.
Esta es la opinión de los impulsores en España del gas natural como combustible, entre los que se encuentran Seur, operador que desde el pasado mes de septiembre recorre las calles de Madrid con la primera furgoneta de reparto transformada de combustible diésel a gas natural comprimido.
Según May López Díaz, responsable de Responsabilidad Social Corporativa de Seur, la transformación de las furgonetas “es la única solución, a día de hoy” para mejorar la calidad del aire de las ciudades y reducir la contaminación en la distribución urbana de mercancías (DUM).
Aunque puede parecer un camino equivocado, el realizar la transformación a gas natural en un vehículo antiguo, es en este tipo de flota, la que no cumple con las normas Euro, en la que se debe incentivar esta solución. En caso contrario, “habrá que esperar que un buen número de autónomos renueven flota con vehículos nuevos para poder mejorar la calidad del aire”.
[sumario]La transformación de las furgonetas “es la única solución, a día de hoy” para mejorar la calidad del aire de las ciudades.[/sumario]
El obstáculo que se presenta ahora a la DUM tiene su origen, en parte, en lo que podría considerarse un fallo de la DGT. Los distintivos ambientales que ha implantado tenían como fin reconocer al 50% más sostenible del parque circulante. Sin embargo, al incluir en este tanto a turismos como a vehículos de transporte, la mayor parte de estos últimos han quedado fuera de las categorías menos contaminantes.
Por este motivo, varios operadores logísticos han solicitado a Tráfico que establezca un nuevo eco-etiquetado para los vehículos destinados al transporte, independiente de los turismos, que refleje el menor impacto medioambiental del 50% del parque destinado a la DUM más sostenible.